TSK programa para el verano la OPV de su filial de renovables valorada en 400 millones
La misión es que Esersa debute en junio o julio pero se abre a una fusión; virará su modelo de negocio para crecer en cartera propia de proyectos
El Apocalipsis no ha llegado al mundo económico español pese al ruido político. Al contrario, las operaciones en el área de las energías renovables, blindada por la vicepresidenta Teresa Ribera, están acelerándose. El grupo de ingeniería asturiano TSK está trabajando en la puesta en valor de Esersa, su filial de energías renovables, tasada entre 300 y 400 millones.
La empresa sopesó el pasado verano su estreno en Bolsa, y ahora ya está claro el calendario tentativo, con vistas a que la OPV se produzca entre junio y julio de este ejercicio, según fuentes financieras. En TSK ya negocian con asesores, pero aún no se ha efectuado la contratación final de los bancos que pilotarán la operación, según las fuentes consultadas.
Cierto es que, como publicó CincoDías el 25 de octubre, se han barajado otras posibilidades para Esersa, como la venta directa de toda o una parte de la filial o su fusión con una cotizada. Estas opciones se mantienen. Fondos de capital riesgo y rivales han llamado a la puerta de TSK, pilotada por Joaquín García como consejero delegado.
Esersa (Estudios y Energías Renovables) se creó en 1989, a cierre de 2018 tenía 50 megavatios solares en operación, 300 en construcción y una cartera en desarrollo de más de 3.000 en energía fotovoltaica y eólica. Según consta en las cuentas de 2018 depositadas en Insigh View, TSK vendió además 300 megavatios fotovoltaicos en México.
La cartera de proyectos (greenfield, en la jerga) es uno de los grandes atractivos de Esersa. Repsol se interesó por esta área de X-Elio, y también lo hizo BP por la de Zero-E, la filial de renovables de ACS, que anunció su venta el 3 de enero por un valor de empresa (capital más deuda) de 2.200 millones, con un valor para el equity de 750 millones.
Fuentes del sector reconocen el buen hacer de Esersa a lo largo de su amplia historia, si bien añaden que su modelo de negocio tendrá que virar ligeramente: “Ya no desarrollará los proyectos con el único objetivo de venderlos rápidamente, sino que se quedará con una parte de ellos para producir su propia energía”, señala un directivo de una compañía competidora. “Lo podrá hacer sin problemas”, añade.
Entre las compañías españolas que ya están en Bolsa y que se dedican esencialmente a lo mismo que Esersa hay cuatro que destacan. Solarpack, con un valor de 427 millones y que debutó en diciembre de 2018; Solaria, que vale 950 millones; Grenergy, con una capitalización de 368 millones y que saltó al mercado regulado desde el Mercado Alternativo Bursátil (MAB) en diciembre; y Greenalia, que permanece en el MAB con una valoración de 208 millones. Sus revalorizaciones en 2019 oscilaron entre el 27,5% de Solarpack y el 152,3% de Grenergy.
Audax, situada también en el área de las energías renovables, está más centrada en la comercialización de electricidad, aunque también está desarrollando proyectos y cuenta con una cartera propia de 185 megavatios de energía eólica y 320 megavatios extra de solar bajo desarrollo. La empresa vale cerca de 1.100 millones en Bolsa. Holaluz, con un valor de 195 millones, está centrada, por su parte, casi exclusivamente en la comercialización de energía.
La radiografía de la matriz y las peculiaridades de Esersa
TSK facturó 1.107 millones en 2018, un 15% más que en 2017, y disparó su beneficio neto un 53%, a 23 millones. El 97% de la facturación de TSK provino del extranjero. Una de las diferencias de Esersa frente a sus rivales está en lo que ya ha construido: más de 10.000 megavatios en diferentes tecnologías: eólica, solar fotovoltaica, termosolar, biomasa e hidráulica. También es diferente frente a otras empresas del sector por sus proyectos de almacenamiento como complemento a la energía fotovoltaica. Para ello, TSK se alío en abril de 2019 con la británica Highview Power, y crearon una empresa conjunta para crecer en España, Oriente Medio y Sudáfrica, con el objetivo de alcanzar unas ventas acumuladas de 1.000 millones en tres años.