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Tribuna
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Prolongar la Castellana sin retrasar Madrid Nuevo Norte

La remodelación del Nudo Norte no debería impedir la continuación urbana del paseo madriñeño

CINCO DÍAS

Todavía es posible prolongar la Castellana y sin paralizar Madrid Nuevo Norte (MNN). A la espera de la aprobación definitiva de MNN por la Comunidad de Madrid, pendiente de unos flecos, se abre un tiempo para la reflexión en el que cabe plantearse si este proyecto descartaría, o no, para siempre y de forma irreversible, la prolongación del Paseo de la Castellana, que, como ya he publicado en prensa, ha sido el gran eje en torno al cual se ha desarrollado la ciudad durante los últimos 250 años.

Teniendo en cuenta que el planeamiento urbanístico debe ser cada día más flexible, y estar abierto a asimilar los cambios que la sociedad va demandando en el tiempo, ¿qué sucedería si, aprobado MNN e incluso ya en un avanzado proceso de ejecución, Madrid quisiera recuperar el trazado y anchura previstos para el paseo de la Castellana, aprobados en 2011? Supondría llevarse por delante, total o parcialmente, no menos de siete u ocho manzanas privadas residenciales y para usos terciarios. Y el destrozo aún sería mayor si se optara por dar a la calle de Agustín de Foxá, que contempla MNN, una anchura acorde con la actual del paseo de la Castellana, ya que amenazaría, al menos parcialmente, a unas 25 manzanas privadas.

Los costes indemnizatorios en ambos supuestos harían prácticamente imposible la prolongación del eje vertebrador de Madrid. Y, no digamos, si dichas manzanas estuvieran ya edificadas total o parcialmente: serían mucho más costosos e impedirían de facto la prolongación. En cuanto a las propiedades públicas afectadas (equipamientos y zonas verdes al norte de la M-30, en el área urbana del distrito de Fuencarral), no habría que indemnizar, pero sí tendrían un importante coste social. En resumen, se desterraría la posibilidad de prolongar La Castellana.

¿No merecería la pena explorar una posible alternativa que no impidiera, en el futuro, la recuperación de la prolongación prevista desde 1997, sin añadir más retrasos? Yo propongo aprobar definitivamente el área denominada Centro de Negocios Chamartín, que engloba toda la zona completa situada al sur de la M-30 y que incluye la reforma y ampliación de la Estación. E, igualmente, el área Tablas Oeste, franja de terrenos comprendida entre este barrio y la zona ferroviaria de Fuencarral, al norte de la M30. Esto supone poder ejecutar el sesenta por ciento de todo el proyecto, sin tener que paralizarlo en ningún momento.

Solo se pospondría la aprobación definitiva del ámbito Malmea-San Roque-Tres Olivos (terrenos situados también al norte de la M-30, en su mayoría vacantes, entre la zona ferroviaria y el distrito de Fuencarral) el tiempo necesario para que el Ayuntamiento rediseñara exclusivamente su ordenación, a fin de prolongar la Castellana con el trazado de 2011. Otra de las opciones sería la de prever espacios libres ajardinados públicos (nunca zona verde) como reserva de suelo para su construcción, u otra solución similar. En todo caso, la remodelación del Nudo Norte no debería impedir la continuación urbana del paseo de la Castellana, con una plaza-mirador sobre aquel. Tal suspensión no sería urbanísticamente dramática si tenemos en cuenta que desarrollos comparables en magnitud, como la Defénse de París, han tardado 45 años en completarse y en Madrid Nuevo Norte el plazo se contará por décadas.

Luis Rodríguez-Avial Llardent es Arquitecto urbanista

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