Vox logra un millón de votos más y da el salto a tercera fuerza política
Duplica escaños por Andalucía, hasta doce, y es el partido más votado en Murcia
La extrema derecha ha emergido en España como tercera fuerza política. El fulgurante ascenso que auguraban los sondeos para Vox se cumplió con creces y la formación que lidera Santiago Abascal ha logrado 52 escaños, frente a los 24 de la convocatoria de abril, y con un porcentaje de voto del 15,1%. La suma de fuerzas de la derecha apenas ha cambiado desde las anteriores generales, pero el salto de Vox es arrollador, casi en paralelo al derrumbe de Ciudadanos, partido al que releva de la tercera posición con contundencia.
El electorado conservador se ha aglutinado claramente alrededor del PP y, en segundo lugar, de Vox, que ha obtenido 3,6 millones de votos (casi un millón más que en abril) y a quien le ha beneficiado el recrudecimiento de la tensión en Cataluña tras la sentencia a los líderes del procés. Con Vox ha aflorado un electorado largo tiempo englobado en el PP, que representa a la opción más conservadora y que ha tenido ocasión de mostrar su nostalgia por el franquismo con la reciente exhumación del dictador.
Además, la influencia de Vox en los gobiernos de Andalucía y Madrid, en cuya constitución ha sido crucial, le ha dado una notoriedad de la que antes carecía y que se confirmó con la participación de Abascal en el debate televisivo de líderes políticos y en el que apenas recibió las críticas de sus rivales ante propuestas tales como la supresión del estado de autonomías. “Hemos abierto todos los debates prohibidos”, declaró Abascal esta noche en la celebración de los comicios. El resultado electoral es una muestra “más real y fidedigna de lo que piensa el pueblo español”, añadió el líder de Vox, que reclamó una “alternativa patriótica” y denunció el “liberticida” estado de las autonomías.
Consolidarse como tercera fuerza ha permitido a Vox beneficiarse del mismo cómputo de votos que en las elecciones de abril impulsó a Ciudadanos y por el que en numerosas circunscripciones, una vez PSOE y PP se han llevado los dos primeros escaños, el siguiente es para la tercera fuerza, en esta ocasión la formación de Abascal. Este efecto es evidente en Castilla y León, donde Vox salta de uno a seis escaños, tras lograr los correspondientes a León, Salamanca o Segovia que antes no tenía. Otro tanto sucede en Castilla-La Mancha, donde avanza desde los dos escaños de abril a los cinco, tras hacerse con los escaños que antes fueron para Ciudadanos en Albacete o Guadalajara. Esta ciudad fue precisamente uno de los lugares que Vox ha mimado en especial en campaña, a sabiendas de los frutos de convertirse ahí en tercera fuerza política.
Pero si hay un caladero evidente de votos para la formación de extrema derecha es Andalucía, donde consigue 12 escaños frente a los seis de abril. En la provincia de Málaga, salta de uno a dos escaños y en Sevilla logra otros dos quedando por delante del PP en porcentaje de voto.
El discurso tradicionalista y xenófobo de Vox – que ha vetado a los periodistas de Prisa en su noche electoral pese a lo establecido por la Junta Electoral– y abiertamente beligerante contra la inmigración, a la que no ha dudado en criminalizar, también cala de forma apabullante en Murcia, donde el partido de Abascal se convierte en la fuerza más votada, con el 27,9% del total. Los dos escaños de abril pasan a tres.
Vox es también la fuerza más votada en Ceuta y arrebata así al PSOE el escaño logrado en abril. El salto es también poderoso en la Comunidad Valenciana. Vox pasa de quinta a tercera fuerza y logra siete escaños, desde los tres de abril. En Cataluña logra otros dos escaños, al igual que en Extremadura, comunidades ambas en las que obtuvo en abril uno solo.
Vox, que no tenía representación parlamentaria hasta las anteriores generales, consigue en estas elecciones un ascenso meteórico, con el que la extrema derecha española ocupará un espacio político relevante, en paralelo al fenómeno que ya sucede hace tiempo en países como Francia o Italia.