El presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, aprovechó su intervención en el XVIII Congreso de Directivos CEDE, que se celebra en Málaga, para hacer un llamamiento urgente a la clase política, a la que invitó, a partir del próximo domingo, a sentarse a dialogar. “Ha llegado el momento de decirle a los llamados a gobernar y a la aposición que se sienten a negociar, a hablar de las cosas del comer, de las pensiones, de lo importante”, aseguró. Porque la “inestabilidad política produce falta de confianza, en el empleo, en las inversiones y en el ahorro”. De hecho, destacó la bajada del consumo en España, y alzó la voz en nombre de los empresarios para exigir responsabilidad a los dirigentes políticos y que empiecen a “hablar de lo que nos une y no de lo que nos separa, ya que ese es el arranque para que las cosas vayan bien”.
En cuanto a las peticiones al nuevo ejecutivo que se pueda formar a partir del 10-N, Garamendi destacó, además de esa voluntad para que haya gobierno, el rigor presupuestario y la ortodoxia económica, “ya que no es posible que en el siglo XXI se sigue hablando del derecho a la propiedad, dado que el populismo ataca a la propiedad privada”. También resaltó la necesidad de apostar por la innovación, por las infraestructuras y la internacionalización de las empresas, además de tener “cuidado con los impuestos”. En este sentido, quiso destacar el papel de las empresas, que además de facturar nos dedicamos a gestionar. “El gobierno debe hacer un esfuerzo en gestionar”, destacó el presidente de la patronal, que enfatizó la importancia de transformar el tamaño de las empresas, y deseó que en “España no hubiera Ibex 35, sino un Ibex 350”.
En su carta de peticiones al futuro gobierno de España exigió también más presión fiscal, esbozando el 22% de economía sumergida que existe en España, así como el fraude por absentismo.