El éxito del Granada: de agencia de futbolistas a pelear con Barça y Madrid
El club andaluz ha cambiado su modelo de negocio para asegurar su sostenibilidad
El Granada se ha colado en la pelea entre Barcelona, Madrid y Atlético por el liderazgo de la Liga. Una posición de privilegio que ya ha ocupado esta temporada, pero no solo eso. El club andaluz, un recién ascendido a la máxima categoría, ha ocupado puestos de clasificación para la Liga de Campeones en las últimas cinco jornadas, teniendo el tercer menor presupuesto para confeccionar la plantilla. Entre sus méritos, una victoria sobre el FC Barcelona de Messi y Suárez.
Una realidad alejada de los objetivos y las previsiones iniciales que la directiva del Granada planteó para el retorno a LaLiga Santander (la primera división), que pese a todo, no han cambiado: “Ser líderes no deja de ser algo anecdótico”, reconoce el director general del club, Antonio Fernández Monterrubio. “No olvidamos nunca nuestro objetivo, que es consolidar al equipo en primera”, apunta. De momento han conseguido 20 puntos, la mitad de lo que se calcula necesario para asegurar la permanencia en solo 10 jornadas.
El Granada logró el ascenso la pasada temporada tras dos años en el “infierno” de la segunda división. Un periodo que le ha servido para darle la vuelta a la estructura y al modelo de club, caracterizado durante años por ser un punto de paso para decenas de futbolistas.
Fue en el periodo bajo la propiedad de la familia italiana Pozzo, entre 2009 y 2016, también dueña del Udinese italiano y el Watford inglés, además de poseer intereses en el Cádiz. Durante las cinco temporadas en que el Granada estuvo en primera bajo el mando de los Pozzo, el club realizó 191 incorporaciones y 185 bajas, según la web especializada Transfermarkt. Aquí se incluyen cesiones, jugadores libres, o algunos que no llegaron a debutar. Alrededor de 100 operaciones fueron entre equipos del radar de los Pozzo, que eran los dueños de los derechos de los jugadores. Un lastre que continuó en la 2016-2017, primer año bajo la propiedad del inversor chino John Jiang.
“Cuando entro al club en verano de 2017 había una mayoría de jugadores cuyos derechos deportivos no pertenecían al club, no eran activos”, describe Fernández Monterrubio. “Eso era un lastre aún mayor estando en segunda. Había que cambiar el modelo deportivo. No queríamos jugadores cuyos derechos no fueran del club”, explica. En la plantilla actual, el 100% de los jugadores que no están cedidos por otros equipos son propiedad del Granada.
Pero ser una agencia de intercambio de jugadores también tenía otros efectos, como recuerda el ejecutivo. “Hacía daño a la imagen del club. La estrategia era cortoplacista y había un problema de identificación del club con la provincia y la ciudad que nacía de ahí, en que los jugadores iban y venían. Estábamos de espaldas a la ciudad”. Al estructurar la plantilla de segunda división, el Granada apostó por jugadores andaluces, “con unos valores de trabajo, sacrificio y esfuerzo”. Los fichajes procedentes de los equipos de los Pozzo se frenaron en seco. El objetivo del ascenso no llegó en ese primer año, sí en el segundo y con cierta comodidad.
Fernández Monterrubio asegura que el club cerrará con beneficios: la presencia en primera multiplica por cinco sus ingresos. “Ahora el Granada es sostenible esté en primera o en segunda”, añade el director general, recordando las tres claves que guían al club: “Crear una identidad de club, conseguir la identificación con la provincia y un cambio de modelo deportivo”, con un nivel de deuda cero y eficiencia en costes.
Y también con una nueva relación con las administraciones locales, frente a los conflictos que se sucedieron con la antigua propiedad y que llegaron a amenazar que el Granada disputase sus partidos en el estadio Los Cármenes, propiedad del Ayuntamiento. “No se podía estar peleado con todo el mundo. Había que construir puentes con las administraciones, con los aficionados... Con mucho dialogo lo hemos conseguido”.
“No hay movimientos para vender el club”
Propiedad. El Granada ha sido objeto de rumores en los últimos meses sobre una posible venta de las acciones de su actual propietario, el inversor chino John Jiang. El director general del club, Antonio Fernández Monterrubio, dice no constarle ningún movimiento en este sentido: “Han aparecido rumores de venta que siempre me ha desmentido. Es un hombre tranquilo, en segunda división era el que más tranquilidad transmitía. Está contento y satisfecho con el trabajo que se esta haciendo”.