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Philippe Boisseau, nuevas energías para la nueva Cepsa

El recién nombrado CEO trabajó dos décadas en Total y es experto en renovables

Philippe Boisseau, nuevo CEO de Cepsa.
Philippe Boisseau, nuevo CEO de Cepsa.HOGUE

Tras una larga trayectoria en Total, petrolera que estuvo a punto de dirigir, Philippe Boisseau (Francia, 1962) llega ahora, de la mano del nuevo accionista Carlyle, a la jefatura de Cepsa, donde pilotará la navegación de la compañía por la transición energética.

Habla español y es experto en la expansión del clásico negocio del petróleo a las nuevas formas de energía, aunque cree que los combustibles fósiles no pueden dejarse de lado del todo (al menos hasta que se agoten). Precisamente Cepsa, como otras petroleras, está dando pasos en el negocio de la eólica y la solar.

Sustituye a Pedro Miró –que llevaba toda la vida en la empresa– y procede del grupo Carlyle, que acaba de cerrar la compra del 37% de la firma otrora española por 4.000 millones de euros (deuda incluida) a Mubadala Investment Company, el fondo soberano de Abu Dabi que era dueño único.

Se graduó como ingeniero por la École Polytech­nique de las afueras de París –de la que proceden los principales ingenieros franceses– y también tiene un DEA (máster) en Física de Partículas por la École Normale Supérieure de París.

Sus primeros años como profesional fueron en la política, en distintos ministerios franceses. En 1993, entró en el Gabinete de François Léotard, en el Ministerio de Defensa.

Dos años después empezaría su carrera en Total, donde permaneció más de dos décadas. Al principio trabajó en distintos puestos de las divisiones de refino y marketing tanto en Estados Unidos como en Francia.

En 1999 fue nombrado jefe de Total Austral, la filial argentina, puesto en el que duró tres años, hasta que pasó a la dirección de exploración y producción en Oriente Próximo, cargo en el que se mantuvo hasta 2007. En 2005 entró en el comité de dirección del grupo.

Luego se convirtió en el Monsieur Vert de Total, cuando aún estaba presente el hundimiento del petrolero Erika en las costas de la Bretaña francesa, por el que la empresa de Boisseau acabaría siendo condenada.

El directivo presidió la división de gas y nuevas energías entre 2007 y 2011, y se mantuvo hasta 2016 a cargo de nuevas energías, que compaginó con la presidencia de marketing y servicios de la división global y un puesto en el comité ejecutivo.

En ese periodo, dirigió la adquisición por 1.400 millones de dólares de la productora de energía solar estadounidense SunPower, que generó inicialmente enormes pérdidas hasta empezar a recuperarse.

En una entrevista concedida en 2014 a Le Nouvel Economiste, Boisseau aseguraba que la intención de Total era estar presente en todo tipo de energías, porque todas serían necesarias.

Decía que incluso se plantearon entrar en la energía nuclear, y que él descartó directamente la eólica, por sus altos costes de mantenimiento, especialmente la marina (negocio en el que sí está acabando por entrar Total). En cambio, era un partidario acérrimo de la solar, por su sencillez.

Criticaba, por otro lado, la ausencia de los industriales en el debate sobre transición energética. “Ellos sí son conscientes de los límites reales”, añadía. “Hay que dejar de mentir a la gente” en cuanto al coste de los vehículos eléctricos, dice, y cree que tendrán que ser en su mayoría híbridos.

En 2014, estuvo entre los candidatos internos favoritos para suceder en la dirección de Total a Christophe de Margerie –que falleció cuando su avión privado chocó con un quitanieves en un aeropuerto de Moscú–. Finalmente, el elegido fue Patrick Pouyanné, actual CEO y presidente. Boisseau acabaría dejando Total en 2016

Ahora, es miembro del consejo de administración de Regalwood Global Energy, el vehículo de inversión en energía del grupo Carlyle. Asimismo, está en el consejo de la petrolera gabonesa Assala, y en la energética y química Enermech, ambos propiedad del fondo Carlyle International Energy Partners, lanzado en 2013 y que gestiona 2.500 millones de dólares de activos en total.

La adquisición del 37% de Cepsa ha supuesto a Carlye un desembolso en torno a los 2.900 millones de euros, aunque las compañías no han dado las cifras exactas.

Mubadala, con el 63%, seguirá siendo accionista mayoritario, con poder para nombrar al presidente, que desde diciembre del año pasado es el geofísico Musabbeh Al Kaabi, procedente del sector petrolero de Emiratos Árabes Unidos. El vicepresidente será Marcel van Poecke, director de Carlyle International Energy Partners.

El cambio de accionistas ha ido acompañado de la desinversión por parte de Cepsa de su 42% en el gasoducto entre Argelia y España Medgaz. La petrolera sigue dando pasos en el territorio de las renovables, en colaboración con su accionista Mubadala.

Boisseau reúne el conocimiento de este sector con tanto futuro y del mercado internacional de la energía. Se abre una nueva etapa en Cepsa, ya casi sin rastro de su herencia española.

Pluriempleado en energía

En el momento de su nombramiento, Philippe Boisseau es miembro del consejo de Regalwood Global Energy, el vehículo de inversión en energía del grupo Carlyle. También pertenece, desde el año pasado, al consejo asesor de la consultora independiente Energy Intelligence Group.

Además, es desde hace dos años miembro del consejo de I-Pulse, empresa de tecnología de pulso, que consiste en almacenar energía durante un periodo relativamente largo de tiempo para descargarla en un pulso instantáneo. La técnica permite, por ejemplo, perforar la roca. El directivo también es asesor sénior de la gasista estadounidense Tellurian.

Sobre la firma

Carlos Gómez Abajo
Licenciado en Físicas, máster en Periodismo UAM-El País y posgrado en Información Económica. Es redactor de Opinión de Cinco Días, y también ha escrito en Mercados y en la sección de ocio/lujo. Ha trabajado en el portal de noticias científicas Tendencias 21 y ha hecho traducciones, la mayoría de tipo económico.

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