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Supervisión

La CNMV: las empresas deben tener la misma regulación coticen o no

El presidente del supervisor señala que es una fórmula de fomentar las OPV

Sebastián Albella, presidente de la CNMV.
Sebastián Albella, presidente de la CNMV. EFE

Sebastián Albella ha exhibido su perfil más europeísta hoy en unas conferencias de la Asociación para los Mercados Financieros de Europa (AFME, por sus siglas en inglés) celebradas en París. El presidente del supervisor español de los mercados ha asegurado que la sequía de salidas a Bolsa puede frenarse con medidas como igualar la regulación de las empresas cotizadas a la de las no cotizadas.

Albella ha indicado que se debe “evitar toda regulación que vincule sin necesidad a la condición de empresa cotizada el deber de cumplir requisitos u obligaciones”. Esta es una fórmula, ha asegurado, que haría más atractivo y animaría a las empresas europeas a salir a cotizar, incluidas pequeñas y medianas. El objetivo no es necesariamente que las compañías cotizadas tengan menos obligaciones legales, entre ellas las de transparencia, sino que sean las mismas. También se puede equilibrar la balanza incluyendo más obligaciones para las que no están en Bolsa. Lo ideal sería fijarlas en función del tamaño y no de si están listadas o no, según fuentes conocedoras de las intenciones de la CNMV.

El presidente de la CNMV ha reconocido que hay dos factores clave que explican la sequía de OPV. Ninguna empresa ha salido en España desde Solarpack, que data de diciembre del año pasado. El primer factor es la inestable situación de los mercados por el posible fin de ciclo, el Brexit y la guerra comercial. El segundo, la competencia del capital riesgo que determina que muchas empresas no opten por cotizar o retrasen el momento.

El discurso del jefe del vigilante de los mercados se ha centrado en la Unión de Mercados de Capitales de la UE que arrancó en 2015. La iniciativa nació con objetivo es profundizar e integrar en mayor medida los mercados de capitales de los 28 estados miembros de la UE. Y, ahora, con el Brexit en el horizonte inmediato, se convierte en una herramienta de máxima necesidad para protegerse de efectos indeseables. Una de esas consecuencias indeseables es el “riesgo de competencia regulatoria a la baja por parte del Reino Unido una vez que esté fuera de la Unión”.

En su hoja de ruta, Albella ha insistido en que lo deseable es que en Europa haya un mercado de capitales integrado. Y ha lanzado dos avisos a navegantes con vistas a eventuales reformas de la directiva europea Mifid 2. Por un lado, la relativa a la separación de los costes de análisis de los de operaciones de compraventa, que ha dañado el análisis de compañías pequeñas y medianas. Por otro, ha insistido en que las normas para que la negociación siga realizándose de un modo transparente “deberían aplicarse de modo riguroso e incluso que deberíamos reforzar”.

Desde la entrada en vigor de la directiva Mifid 2, es obligatorio que se hagan públicas las cotizaciones de oferta y demanda, así como la profundidad de las posiciones, por regla general, antes de que se ejecuten las operaciones. La negociación opaca es aquella en la que no se cumplen estas exigencias. Las principales plataformas oscuras (dark pools, en la jerga) son Cboe CXE, Turquoise, Cboe BXE, Liquidnet Posit, Cboe LIS Service, Sigma-X e Instinet BlockMatch. Estas Bolsas aplican habitualmente las exenciones a la transparencia previa que exige el reglamento Mifir y la directiva Mifid 2. A menudo se acusa a este tipo de mercados de aprovecharse de la transparencia de los mercados regulados, como el que gestiona BME en España, pues utilizan sus precios como guía.

Albella también ha abogado por atacar el ángulo fiscal. “Es necesaria armonización fiscal en el ámbito de los productos y servicios financieros y en general en la tributación del ahorro”, ha sentenciado. Ha destacado las enormes “diferencias en cuanto al tratamiento fiscal de las inversiones en pymes o del capital riesgo, capital privado o inversiones alternativas”.

Otra de sus peticiones ha sido la de mayor convergencia de las prácticas de supervisión. “Por un lado, en un mercado verdaderamente integrado, no puede haber autoridades supervisoras que actúen de manera muy diferente. El nivel de la supervisión debe ser alto y similar en toda la Unión”, ha afirmado.

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