Thiam sale absuelto pero no indemne del espionaje de Credit Suisse
No saberlo es mejor que saberlo, pero no es precisamente muy estético
Oscar Wilde bromeaba en La importancia de llamarse Ernesto con que perder a un miembro de la familia podría considerarse como mala suerte, pero perder a dos parecía negligencia. El jefe de Credit Suisse, Tidjane Thiam, aparenta igual falta de fortuna tras la marcha de su aliado más cercano ayer, después de que este contratara espías para seguir a un exsubordinado. Es el segundo miembro clave de su equipo que sale por la puerta en tres meses.
Los accionistas pueden respirar aliviados con que Thiam se quede en el cargo, sobre todo porque hay pocos sucesores claros. Una investigación interna iniciada por el presidente Urs Rohner ha absuelto a Thiam, y al consejo de Credit Suisse, de cualquier delito después de concluir que no tenían conocimiento de la decisión de contratar a investigadores privados para que siguieran al exjefe de la división de patrimonio Iqbal Khan.
Esa fue una decisión tomada –y mantenida en secreto– por el director de operaciones, Pierre-Olivier Bouée, y el jefe de seguridad del banco, ha determinado la investigación interna. Ambos han dimitido, tras un supuesto altercado entre los desventurados espías y Khan en medio de Zúrich el pasado 17 de septiembre.
La reivindicación de Thiam es agridulce. Bouée ha ido siguiendo al consejero delegado durante los últimos 15 años. Fueron compañeros en la consultora McKinsey y en las aseguradoras británicas Aviva y Prudential. El hecho de que un aliado personal tan cercano se haya comportado de forma deshonesta para tratar de determinar si Khan estaba pescando entre sus exempleados constituye un golpe doloroso y sorprendente.
Eso se añade al hecho de que Rohner reconociera que Thiam se había peleado con Khan a principios de este año debido a un desacuerdo privado que surgió en una fiesta en el jardín.
Más tarde, el presidente ayudó a negociar el acuerdo de salida de Khan, con solo tres meses de incompatibilidad, después de que se hiciera evidente que el consejero delegado y el jefe de patrimonio del banco no podían trabajar juntos. El segundo está ya listo para unirse al banco rival UBS.
En 2016, el mandato de Thiam tuvo un comienzo difícil al perder el banco casi 1.000 millones de dólares (900 millones de euros) en operaciones de alto riesgo que se habían intensificado sin el conocimiento de los altos ejecutivos, incluido él mismo. Ahora como entonces, saber sobre algo que daña la reputación del banco es claramente peor que no saber. Pero en ambos casos, la ignorancia no es precisamente algo muy estético.
Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías