La subida del salario mínimo rebaja el tipo efectivo del IRPF
La recaudación crece menos que las rentas porque suben las más bajas. Las rebajas y exenciones fiscales aprobadas en 2018 también influyen
El incremento del salario mínimo interprofesional hasta los 900 euros al mes, vigente desde el pasado 1 de enero, ha tenido un efecto sobre la recaudación tributaria que venía pasando desapercibido. Como consecuencia de que el alza de ingresos se ha concentrado en las rentas más bajas, buena parte de las cuáles están exentas de pagar IRPF, el tipo medio efectivo de este impuesto sobre el conjunto de las rentas se ha visto rebajado en lo que va de año.
En concreto, esta variable, que mide el porcentaje real de los salarios que acaba en manos del fisco, ha caído al 15,4% en el primer semestre, tres décimas por debajo del nivel de cierre de 2018.
Así lo constata la Agencia Tributaria en su último informe de recaudación, en el que destaca que “las rentas estarían creciendo más de lo que lo hacen los ingresos porque el mayor crecimiento se produce en los salarios bajos (impulsados por la subida del salario mínimo) sin apenas efecto en los ingresos por retenciones”. “Dicho de otra forma”, apostilla el fisco, “el tipo medio efectivo disminuye”.
El incremento del salario mínimo, pactado entre PSOE y Podemos en otoño de 2018 y aprobado por decreto por el Gobierno de Pedro Sánchez en diciembre de aquel año, supuso un aumento de este umbral de retribuciones desde los 735,90 a los 900 euros al mes (o 12.600 euros al año). Pese a que semejante salto supuso un aumento de estas rentas del 22,3%, hay que tener en cuenta que buena parte de las mismas escapan al gravamen del IRPF.
“Esto salarios, generalmente no tienen retención, de forma que el aumento de las rentas no se traduce en un mayor impuesto”, desarrollan los técnicos de la Agencia Tributaria.
El fisco apunta, en todo caso, que hay otros dos factores que influyen en la oscilación del tipo medio efectivo del IRPF. “El primero es la rebaja de retenciones que comenzó en julio del año pasado”, apunta en referencia a las modificaciones fiscales que el Ejecutivo de Mariano Rajoy impulsó en los Presupuestos Generales del Estado de 2018, que no entraron en vigor hasta el séptimo mes del año.
Aquellas cuentas públicas, prorrogadas este año, introdujeron algunos cambios relevantes en el IRPF. De un lado, el umbral de rentas exento se elevó desde los 12.000 hasta los 14.000 euros, lo que deja completamente libres del impuesto de la renta a aquellos que cobran el salario mínimo.
De otra parte, los Presupuestos impusieron una rebaja media de 440 euros a aquellos contribuyentes que perciben entre 14.000 y 18.000 euros al año.
“Esta rebaja afecta a las rentas más bajas y redujo el ritmo de crecimiento de las retenciones” en lo que va de 2019, apunta la Agencia Tributaria, que explica que el fenómeno se da “especialmente en las procedentes de las pensiones públicas y de los salarios en las pymes (aunque también tuvo su impacto en las grandes empresas)”. En concreto, según los cálculos de Hacienda, ha supuesto una caída de los ingresos procedentes del sector privado de 465 millones de euros. Cifra que alcanza los 615 millones al sumar también el efecto en los sueldos públicos.
En paralelo, las cuentas de 2018 ampliaron la deducción por cónyuge discapacitado a cargo; incrementaron en 600 euros la deducción por cada hijo adicional en las familias numerosas y reforzaron la de maternidad, permitiendo deducir hasta 1.000 euros del gasto en guardería de los hijos de hasta tres años. “En una primera estimación el impacto conjunto de las tres deducciones se cifra en 476 millones”, a los que habría que sumar dos millones más de las deducciones anticipadas de 2019, estima el fisco.
El otro factor que, según Hacienda, influye en la modulación del tipo medio efectivo del IRPF lo hace al alza, pero solo permite compensar parcialmente los efectos a la baja de las medidas regulatorias ya relatadas. Se trata del “significativo aumento del tipo medio en los salarios públicos tras las sucesivas subidas de los mismos desde julio de 2018”, expone la Agencia Tributaria, que no detalla las diferencias del tipo medio efectivo en el sector privado y el público.
Con todo, la recaudación del impuesto crecía un 4,6% interanual a cierre de julio, cuando el monto ingresado ascendía a 54.601 millones de euros.
La moderación del empleo aminora el alza de las retenciones
Efectos fiscales. La desaceleración de la economía española está comenzando a dejarse notar en las arcas de la Agencia Tributaria, al menos en lo que se refiere a las retenciones aplicadas sobre los rendimientos del trabajo. El fisco calcula que el incremento de estos ingresos se ha ido moderando desde el 7,3% del tercer trimestre de 2018 al entorno del 4,1% que estima para el mismo periodo de este ejercicio. Entre los factores que explicarían este fenómeno, destaca Hacienda, “está la moderación en la creación de empleo y la estabilidad en los incrementos salariales”, teniendo en cuenta que el alza del salario mínimo afecta a rentas tan bajas que no se ven sometidas al gravamen del IRPF. Los datos más recientes manejados por el Ministerio de Trabajo indican que la creación anual de empleo ha ido desacelerándose hasta situarse en el 2,55% a cierre de agosto (480.413 cotizantes más en los últimos 12 meses), el ritmo más bajo registrado desde 2014, cuando se inició la recuperación del mercado de trabajo, y casi medio punto menos que a esas alturas de 2018. Una moderación en la creación de puestos de empleo que ha tenido su eco en las retenciones fiscales.