La concesión pendiente de la líder de Hong Kong significa un avance
Carrie Lam retira formalmente un proyecto de ley de extradición que desencadenó las protestas contra el gobierno
La líder de Hong Kong ha cedido. Carrie Lam ha retirado formalmente un proyecto de ley de extradición que desencadenó meses de protestas contra el gobierno. Los inversores aplaudieron, y el mercado bursátil hongkonés, incluyendo marcas maltratadas como la aerolínea Cathay Pacific, se recuperó rápidamente con las noticias. Pero hará falta algo más para apaciguar a los manifestantes.
Lam ha estado bajo presión desde junio por una propuesta de enmienda que habría permitido que los sospechosos del territorio fueran enviados a China continental para ser juzgados. La semana pasada, según una grabación de audio filtrada de una reunión con empresarios locales, Lam había admitido haber causado “un caos imperdonable” con el proyecto de ley y que renunciaría si pudiera elegir. Más tarde negó haber ofrecido su renuncia, pero fue un recordatorio incómodo del control que ejerce Pekín.
La decisión de ayer es humillante para Lam, que ha resistido durante meses. Sus declaraciones, en las que comparaba a los manifestantes con niños sin rumbo, han alimentado la indignación y empujado al centro financiero a una mayor agitación política y económica. En julio, un tímido intento suspendió el trabajo sobre el proyecto de ley, pero no lo retiró formalmente.
Para el mercado el anuncio fue la primera buena noticia en meses. El índice de referencia Hang Seng, ya afectado por la desaceleración de China y una guerra comercial con EE. UU., cerró en un 3,9%. Las acciones de Cathay Pacific, cuyos altos mandos fueron expulsados tras desatar la ira de Pekín por los empleados que protestaban, se dispararon. Las esperanzas de que compradores y turistas regresaran pronto a los centros comerciales elevaron las acciones de los minoristas globales, incluyendo a Kering, padre de Gucci, y a Louis Vuitton.
Sin embargo, los manifestantes quieren que una comisión independiente investigue las acusaciones de brutalidad policial, la liberación de los más de 1.000 manifestantes detenidos o el sufragio universal. La concesión de Lam es un primer paso. El tiempo para una solución rápida y fácil, en cambio, ya ha pasado.