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Jerome Powell, ¿enemigo público?

China trastoca el discurso de Powell y lo sitúa en el centro de una guerra que ha sido promovida por su acusador.

Apenas unas horas antes del ampliamente esperado discurso de Powell en Jackson Hole, China sorprende con el anuncio de nuevos aranceles por valor de 75.000 millones de dólares para productos importados de Estados Unidos, entre ellos el petróleo. Según informaba Reuters, este arancel estará comprendido en un rango de entre el 5 % y el 25 % y, para algunos productos serán efectivos a partir del 1 de septiembre y para otros a partir del 15 de diciembre. Esta parece ser la respuesta de Pekín a las tarifas estadounidenses anunciadas al inicio de agosto.

El gigante asiático señaló que los aranceles adicionales por valor de 300.000 millones $, que anunció Washington a comienzos de agosto (y que, posteriormente, se habían retrasado a diciembre), suponen una "seria violación" de los consensos alcanzados entre los líderes de los dos países, Xi Jinping y Donald Trump, y una "desviación del camino correcto para negociar y resolver sus diferencias". El petróleo será uno de los productos afectados de manera más inminente. Estará sujeto a aranceles del 10 % a partir del 1 de septiembre. China también impondrá, a partir del 15 de diciembre, un arancel del 25 % a los automóviles estadounidenses.

La guerra comercial lejos de reducir su intensidad, se ha recrudecido en los últimos días. Como preámbulo a todo ello, la semana pasada las autoridades chinas emitieron un comunicado en el que aseguraban que el país no tenía "otra alternativa que tomar represalias" contra Estados Unidos. El tema se ha complicado por su vertiente política ya que en los últimos días, Donald Trump, había asegurado que China debe centrarse en trabajar de forma "humana" con Hong Kong antes de llegar a un acuerdo comercial con EEUU. La visita de la delegación china a Washington, para continuar con las negociaciones de un acuerdo comercial, previsto para principios de septiembre queda en el aire.

El esperado discurso de Powell en Jackson Hole se vio empañado por las represalias china en la guerra comercial aunque fue aprovechado por el presidente de la FED para contraatacar a la ofensiva reciente contra su persona y la institución que representa. En primer lugar debió aclararle al presidente americano que la política monetaria tiene serias limitaciones a la hora de contrarrestar la incertidumbre económica derivada de la guerra comercial. Uno de los grandes factores que empiezan a afectar a la economía americana y que, para colmo, ha sido alentado por éste último.

Powell pareció indicar que la FED está preparada para proporcionar más estímulo si una desaceleración económica global acabase por contagiar a la economía americana. Aun así, Powell se ha quedado corto a la hora de dar a entender que el banco central actuará de forma agresiva o que un nuevo ciclo acomodaticio está ya en marcha.

En medio de todo este fuego cruzado, el presidente estadounidense tuvo palabras muy duras para Jerome Powell en su cuenta de Twitter: «Como es habitual, la Fed no hizo nada. Es increíble que pueda hablar sin saber o sin preguntar qué voy a hacer, qué se anunciará en breve. Tenemos un dólar muy fuerte y una Fed muy débil. Trabajaré brillantemente con los dos, y Estados Unidos lo hará genial. Mi única pregunta es, quién es nuestro mayor enemigo, Jay Powell o el presidente Xi».

El dólar nuevamente en el centro de atención de Trump. ¿ Es Powell o la fortaleza del dólar el enemigo público número 1? ¿Es este un aviso de un deseo de una posible intervención?

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