_
_
_
_
A Fondo
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

La industria también existe

Empieza a cansar que en 40 años no se haya alcanzado un pacto de Estado para el sector

MICHAELGAIDA (PIXABAY)

En 1999 surgió un movimiento ciudadano en Teruel que tenía por objetivo reivindicar inversiones e infraestructuras para frenar la despoblación bajo el lema Teruel existe. Aunque el movimiento no ha cumplido sus objetivos, la movilización ha servido, al menos, para dar visibilidad a la España vaciada, un problema que afecta al 53% del territorio español.

Desde UGT FICA llevamos muchos años reclamando a los distintos Gobiernos que abran cauces para negociar y poner en marcha un Pacto de Estado por la Industria que desarrolle las medidas y políticas de Estado necesarias para aplicar una política industrial integral sostenida en el tiempo dirigida a situar a la industria como motor de la economía y de la creación de empleo estable y con derechos.

Es cierto que la necesidad de un Pacto de Estado por la Industria ha calado entre la clase política de nuestro país desde finales del siglo pasado y que ha estado en la agenda de los distintos Gobiernos que se han venido sucediendo en nuestro país con desigual fortuna. Hemos pasado de considerar que “la mejor política industrial es la que no existe” a reconocer la necesidad de contar con una política industrial para impulsar la economía de nuestro país. Algo parece que hemos avanzado en este tiempo.

En los últimos años, desde UGT FICA nos hemos reunido con los distintos Gobiernos para hablar de política industrial; hemos participado en todas las mesas por la industria constituidas por los Gobiernos de turno; hemos impulsado la creación de observatorios industriales en los distintos sectores productivos; hemos logrado que el Grupo Popular registrara en enero de 2018 una moción en el Senado para “dar impulso a la industria como motor de la creación de empleo”; y con este último Gobierno conseguimos que el Ministerio de Industria se planteara impulsar tres importantes iniciativas en materia industrial como son un Pacto de Estado por la Industria, una Estrategia de Política Industrial para España 2030, y una nueva Ley de Industria para sustituir a la de 1992; incluso hemos logrado que el presidente Sánchez, en su discurso de investidura, mencionara la necesidad de alcanzar un Pacto de Estado por la Industria.

Pero de las palabras a los hechos va un trecho, y uno empieza a cansarse de que el tiempo siga pasando y de que en los últimos 40 años nuestros políticos no hayan sido capaces de ponerse de acuerdo para consensuar un pacto nacional por la industrialización de nuestra economía.

Es un hecho que la clase política de nuestro país habla mucho de política industrial pero sigue dando la espalda a la industria. Pero la industria también existe. Y existe a pesar de nuestros políticos, que parecen más empeñados en darnos la razón que en remangarse la camisa y ponerse a trabajar por el futuro de nuestro país.

Hemos perdido los últimos años en remontar una crisis muy profunda a base de reducir el déficit y de cargar el sacrificio únicamente en los trabajadores y en las clases más desfavorecidas de nuestro país en lugar de buscar el origen de la misma y poner soluciones para que, en el futuro, la crisis no vuelva a cebarse en los de siempre y nuestra economía esté mejor preparada para aguantar y remontar los momentos más críticos.

Es un hecho que los países más industrializados son también los más avanzados económicamente y los que mejor han aguantado la crisis iniciada en 2008.

Entonces, ¿tan difícil es de entender que la industria es vital para nuestra economía y para la consolidación y progreso de nuestro país? ¿tan difícil es de comprender que necesitamos un precio de la energía similar al de nuestros países vecinos? ¿Alguien se imagina qué lugar ocuparía nuestra industria y nuestro país si tuviéramos energía a un precio competitivo? Si hemos llegado donde estamos en condiciones adversas, ¿qué no seríamos capaces de hacer con un pacto de Estado que dé protagonismo a la industria y revitalice el tejido productivo de nuestro país?

Necesitamos políticos con visión de futuro, que de verdad se crean que una industria fuerte es necesaria también para avanzar en igualdad, en cohesión social y en conseguir mejoras laborales para nuestros ciudadanos; unos políticos que dejen a un lado las rencillas partidistas y apuesten de una vez por todas por alcanzar pactos de Estado con el mayor consenso posible para así hacerlos duraderos y dejarlos al margen del devenir de los Gobiernos de turno.

En definitiva, necesitamos políticos que se crean que la industria también existe, y Gobiernos que establezcan las condiciones necesarias para alcanzar acuerdos de Estado. El diálogo entre las partes no es sinónimo de debilidad, sino un síntoma ine­quívoco de madurez y de fortaleza políticas. Debemos dar, entre todos, una oportunidad a la industria porque también estaremos garantizando un futuro sin sobresaltos y una España más ocupada.

Pedro Hojas es secretario general de UGT FICA

Archivado En

_
_