La Costa Verde: planes para huir de la ola de calor en agosto
Las propuestas más frescas para un verano en el norte de España
En el verano del año 2019, toda la Península Ibérica ha sido conquistada por una ola de calor que ha elevado las temperaturas a 40 grados y ha convertido nuestro territorio en un horno. ¿Toda? No. En el norte, a orillas de la Costa Verde, existe una zona fresca que aún resiste al ardiente invasor.
Aquí, en la cornisa cantábrica, las temperaturas son suaves, entre 20 y 30 grados, y las sequías no existen. Todo lo contrario; las montañas del interior atrapan los vientos húmedos y los nubarrones para empapar sus valles.
En la costa encontramos rincones vírgenes arropados por una naturaleza que espanta al dominguero y en sus cuevas la mejor herencia del paleolítico en España. Las noches pueden llegar a ser frías, pero enseguida se caldean con las fiestas populares que muestran a los amantes del folclore la gran diversidad en el norte.
En la cornisa cantábrica las temperaturas son suaves en periodo estival, entre 20 y 30 grados, y las sequías no existen
Estos son los planes más frescos en Asturias, Cantabria y Euskadi para huir del calor en agosto.
Asturias o Islandia
Para algunos es un fiasco y para otros una bendición. El verano en Asturias está siendo tan inestable que por julio ya han pasado las cuatro estaciones.
De hecho, el anterior fin de semana, la región rivalizó con Reikiavik (Islandia), con 18 grados, como nevera de Europa con sus 20 grados. Por ello, y por las siguientes razones, el Principado es uno de los mejores enclaves para escapar de los sofocos.
En los dominios del río Navia, en el occidente asturiano, encontramos bosques que esconden castros celtas, preciosos embalses y saltos de agua.
Juan Carlos Menéndez, de la empresa Kaly Aventura, nos guía en una ruta por las cascadas de Oneta, rapelando por los cañones de Río Frío o descendiendo en canoa el Navia. Ideales para refrescarse.
Ya en la costa del Cantábrico respiramos el viento del norte y el aroma del mar. De los casi 350 kilómetros del litoral asturiano, la mayoría se puede recorrer por sendas señalizadas, como la GR-204.
Explore los rincones más vírgenes y desconocidos de la costa, desde acantilados de cien metros, faros, islotes rocosos y calas desiertas, en este paraje protegido. ¿Alguna parada? Los bufones de Pría, la playa de Gulpiyuri, de Sabugo o Frejulfe, el cabo de Peñas o La Regalina.
¡Al agua! Fiestas de la Virgen del Rosario en Luarca, del 13 al 15 de agosto. Salga a salear en un barco pesquero con los marineros, láncese a las aguas del puerto y riéguelo todo con sidra.
Cantabria profunda
En Cantabria nos alejamos de la costa para explorar los Picos de Europa desde su vertiente oriental y sobre sus riscos.
En pleno corazón del macizo central y en el municipio de Camaleño, el teleférico de Fuente Dé transporta al viajero a través del valle de Liébana entre cumbres calcáreas salvando un desnivel de 753 metros.
En poco más de tres minutos, nos alzamos a 1.823 metros de altitud con unas vistas espectaculares del circo de montañas, donde pocos se acuerdan de la ola de calor. La atracción recibe en torno a 250.000 usuarios al año, que pagan 17 euros por un billete de ida y vuelta los adultos y 6 euros los niños.
Desde los montes penetramos en sus cavernas. Cantabria conserva la mayor densidad de cuevas con arte rupestre del mundo, con más de 60 representaciones en sus paredes con Altamira como exponente.
En sus grutas, además, hallamos otro tesoro esculpido por impresionantes formaciones geológicas como las de El Soplao, en la sierra de Arnero. Esta cavidad minera es considerada única en el mundo por sus excéntricas estalactitas en sus 20 kilómetros de profundidad. Precio: 12,50 euros.
Agenda. El Día de Cantabria, o de la Montaña, en Cabezón de la Sal, el 11 de agosto. Una exaltación del folclore cántabro y fiesta de interés turístico nacional.
Euskadi mareante
Nos embarcamos ahora en Zumaya rumbo a Motrico y pasando por Deva. En la provincia de Gipuzkoa se conserva uno de los grandes santuarios geológicos del planeta: la ruta del Flysch.
Como parte del Geoparque de la Costa Vasca, el Flysch propone un recorrido marítimo por este territorio escarpado por acantilados con sucesivos estratos rocosos que el Cantábrico ha ido tallando desde hace 60 millones de años. Una auténtica enciclopedia pétrea para estudiar la evolución de la Tierra. Precio: 25 euros y duración de 3 horas y media.
Pero los que necesiten un poco más de adrenalina deberán saber que el surf es una de las mejores maneras de conocer esta tierra vasca y su profundo vínculo con el mar. Acérquese a spots como la Sopelana, Mundaka, Zarautz o la Zurriola, atrévase con sus olas estivales y olvídese del calor de una vez por todas.
Nos gusta. Crusoe Treasure es una original propuesta que incluye una ruta en barco para contemplar las bodegas submarinas y la cata de sus vinos envejecidos a 20 metros de profundidad en Plencia.