Los mercados quieren ver el color del dinero de Mario Draghi
El jefe del Banco Central Europeo prometió una política monetaria más flexible, pero los inversores quieren verle cumplir antes de dar crédito
El presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, ha hecho muchas promesas y las ha cumplido. Sin embargo, esta vez los mercados financieros quieren ver el color de sus billetes por adelantado.
Draghi abrió ayer la puerta a una mayor relajación de la política monetaria. Esto podría significar un recorte en la tasa de interés, que ya se encuentra en un mínimo histórico de -0,4%, o más compras de activos. Los italianos consideran que las perspectivas económicas de la zona euro están empeorando. Esta semana se publicaron informes económicos desalentadores, entre ellos una encuesta realizada el miércoles entre los gerentes de compras, que mostró que la actividad manufacturera en el bloque de 19 miembros se contrajo por sexto mes consecutivo en julio, la peor noticia al respecto desde finales de 2012. Draghi tampoco está contento con la inflación, que ha sido persistentemente inferior al objetivo del BCE de ajustarla por debajo del 2%.
Todo lo que los inversores recibieron del jefe del BCE, que será reemplazado el 1 de noviembre por Christine Lagarde, exdirectora del Fondo Monetario Internacional, fueron grandes indicios de un mayor estímulo. Eso no fue suficiente para ellos. El euro invirtió las pérdidas iniciales, mientras que las cotizaciones bursátiles renunciaron a pequeñas ganancias. Esto no es necesariamente algo malo. Cuanto más entusiasmados estén los mercados por adelantado, más displicentes estarán cuando reciban lo que se les prometió. Ese tipo de pensamiento formó parte sin duda de la estrategia del BCE en el caso del gran programa de adquisición de activos que comenzó en marzo de 2015.
Draghi tendrá que actuar, probablemente en septiembre, para mantener los mercados de su parte. Sin embargo, impresionar a los administradores de fondos es el menor de los problemas del banco central. Mantener el euro bajo control y los costes de los préstamos ayuda a la economía, pero por sí solo no genera el tipo de presiones sobre los precios que se necesitan para que la inflación se acerque al 2% o más. Ese será ya un problema de Lagarde.
Para más información Breakingviews.reuters.com. Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de David Vázquez Baciero, es responsabilidad de CincoDías.