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Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

El peso del turismo en el PIB, una fortaleza y un riesgo latente

En algunas autonomías el turismo ya representa casi el 30% del empleo

CINCO DÍAS

España, un país que históricamente se ha apoyado en el turismo como uno de los principales motores de actividad económica, ha acabado gestando un riesgo creciente por el excesivo peso que el sector ha alcanzado en la economía del país. Y es que, por detrás de Francia, España se consolida como la principal potencia turística del mundo.

Con una aportación superior a los 180.000 millones de euros, el turismo soporta el 15% del Producto Interior Bruto (PIB), por delante de otros sectores tan relevantes como la industria, cuyo peso ha descendido hasta el 12,5% del PIB. Para hacernos una idea del contraste con otros países europeos líderes también del sector turístico basta compararnos con Francia, que posee el 7,3% de su PIB supeditado al turismo. En la OCDE, el sector turístico representa, en promedio, un 4,1% del PIB los países miembros, así como un 5,9% del empleo total.

En el caso de España, en algunas autonomías el turismo ya representa casi el 30% del empleo, lo que significa que, ante una contracción del sector, la destrucción de puestos de trabajo podría desequilibrar fuertemente la economía en esos territorios.

No debemos olvidar que hablamos de un sector que posee grandes vulnerabilidades, como la precariedad laboral o la alta temporalidad del empleo. El auge del sector ha provocado que, a su vez, en aquellas autonomías más dependientes del mismo, también disminuya la renta per capita media. Por poner un ejemplo, autonomías como Baleares o Canarias son completamente dependientes al sector, por lo que un shock en el mismo podría provocar la destrucción de casi un tercio del empleo.

Además, en otras autonomías cuyo PIB no está tan condicionado por la actividad turística, dada la lenta recuperación de algunos sectores y la contracción que están viviendo otros, el turismo se ha posicionado como el primer contribuyente del PIB y se convertido en el principal motor de crecimiento económico cuando a priori no lo era.

Estamos ante un sector que sigue ganando peso en la economía nacional. Precisamente por ello, España precisa impulsar un potente proyecto turístico, más aún cuando la economía está evolucionando hacia una economía completamente dependiente del sector. Fenómenos como la digitalización o la regeneración de determinadas costas deberían ser prioridad para un pais que pretende convertirse en el principal destino turístico del mundo.

Francisco Coll es Director adjunto de HAC L&M School of New York

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