Mercadona, el último ejemplo de empresa líder que sale al exterior
El grupo ha optado por una expansión geográfica y culturalmente afín en Portugal para su primera experiencia internacional
El proceso de internacionalización de la empresa española acumula ya sobre sus espaldas una considerable dosis de éxito y experiencia, como demuestra la sólida trayectoria de muchas compañías con fuerte presencia en otros países. Pese a ello, la aventura de salir al exterior sigue constituyendo un reto crucial dentro del proceso de expansión de muchas organizaciones, que buscan en mercados extranjeros una oportunidad para diversificarse y seguir creciendo. Un ejemplo de ese mecanismo es Mercadona, líder de los supermercados en España, que hoy inaugura su primera tienda en el exterior, concretamente en las cercanías de Oporto, como parte de una cuidadoso plan para desembarcar en el mercado portugués. La hoja de ruta de la compañía de Juan Roig incluye abrir diez tiendas antes de fin de año con una inversión total de 260 millones de euros, y hacerlo a través de una estrategia que apuesta por adaptar su oferta al perfil del consumidor portugués –cercano geográficamente, pero con fuertes particularidades– sin perder la esencia del modelo que tan buenos resultados ha dado al grupo.
Mercadona, cuya entrada en Portugal ha levantado una gran expectación, deberá competir con los dos gigantes del retail que dominan el negocio en el país. No será fácil, como demuestra el hecho de que ambos grupos hayan anunciado ya inversiones millonarias en concepto de proximidad–unos 200 millones entre los dos– como forma de hacer frente a su nuevo rival. El grupo de Juan Roig cuenta a su favor con el potencial que ofrece el mercado luso, donde la densidad comercial es sustancialmente más baja que en España, y con la versatilidad de una compañía cuyo modelo de negocio –con precios constantes, bajos pero sin promociones– no existe en Portugal, un país en el que triunfan los descuentos. Más allá del efecto novedad y de la receptividad de un mercado que tiene muy presente a España, lo cual ofrece ventajas e inconvenientes, el grupo ha optado por una expansión geográfica y culturalmente afín para su primera experiencia internacional, y ha madurado y afianzado con solidez su liderazgo en España antes de abrirse a otros mercados.
El de Mercadona no es el único modelo estratégico de abrirse al exterior. La decisión de Renfe de entrar en el mercado de alta velocidad de Francia a partir de 2020, en lo que constituye la cuarta fase en proceso de internacionalización de la operadora, o el exitoso estreno ayer en Bolsa de Neoenergía, la filial brasileña de Iberdrola, son dos ejemplos más de un proceso que resulta casi imprescindible para afianzarse en un mercado cada vez más globalizado.