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Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Un turismo más competitivo para un mercado en crecimiento

Hay señales suficientes como para pensar que ha llegado el momento de afrontar un proceso de reconversión que lleva años pendiente

CINCO DÍAS

El extraordinario ciclo expansivo que ha vivido el sector turístico español durante los últimos años, con siete ejercicios continuados de vigoroso crecimiento en número de viajeros y en ingresos, ha comenzado a mostrar los primeros signos de agotamiento. Mientras el año pasado la llegada de turistas extranjeros descendió durante la temporada alta por primera vez desde 2011, las previsiones para este verano no solo apuntan a un nuevo ajuste, sino que dibujan un escenario bastante menos soleado y que conjuga una demanda más débil con una creciente y dura competencia. La industria afronta así el reto de unas reglas de juego más exigentes, que no pueden considerarse una sorpresa, pero que inquietan –e inquietan con razón– a un sector que se había acostumbrado a sumar años de pocas nieves y de abundantes bienes.

El primer motivo que explica este principio de ralentización en la demanda es la recuperación de los destinos turísticos del norte de África tras los años de inestabilidad que trajo consigo la denominada Primavera árabe. Plazas tan destacadas como Turquía o Egipto vivieron durante ese período un abundante éxodo de turistas extranjeros que arribaron a las costas españolas en busca de descanso y buenas temperaturas sin tener renunciar a la paz y la seguridad. Ese periodo parece haber llegado a su fin, como demuestra el hecho de que mientras el turismo creció en España un 1,1% el año pasado, en Turquía lo hizo un 20%, alimentado por touroperadores europeos que vuelven a unos destinos con precios mucho más competitivos que los españoles.

Aunque desde la industria se confía en el buen tono que ofrece para la temporada alta el mercado nacional y en la recuperación del británico, después del aplazamiento del brexit, hay señales suficientes como para pensar que ha llegado el momento de afrontar un proceso de reconversión que lleva años pendiente. Una lista de deberes que incluye una mayor y mejor promoción de España como destino, una mejora continua de la oferta dirigida a que el viajero incremente el gasto, la apuesta por nuevas fórmulas como el turismo de compras y una política en materia impositiva que tenga en cuenta las necesidades del primer sector de la economía por PIB y empleo. No en vano la enorme potencialidad de crecimiento que ofrece el turismo internacional constituye una oportunidad que España, como segundo receptor de viajeros del mundo tras Francia, no puede de ninguna forma dejar pasar.

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