Franklin Templeton se une a Meridia para traer a España su nuevo fondo social
Invertirá en inmuebles con una perspectiva social
El desembarco en España de la inversión de impacto social parece no tener fin. Si la semana pasada España hizo oficial su entrada en el GSG –el club mundial de inversión de impacto–, en esta se conoce con la llegada del vehículo especializado en este tipo de inversión de Franklin Templeton. Lo hace de la mano de la gestora de activos alternativos española Meridia Capital, que actuará como asesor financiero.
El nuevo fondo se trata del Franklin Templeton Social Infrastructure, que invierte en inmuebles con un carácter social. Se trata de un vehículo abierto, que a finales de 2018 había captado 160 millones para invertir en este tipo de activos en toda Europa. En él priman los inversores de capital privado, de nacionales en su mayoría europeos y canadienses.
Por el momento ha realizado tres operaciones. Una fue la adquisición de una clínica en Londres y otra la toma de una residencia de mayores en Milán. Finalmente, la tercera ha sido la compra de un centro de menores en Madrid. Desde Meridia Capital –que trabaja en este proyecto con su equipo de asesoría financiera y cuenta además con divisiones de inmobiliario y private equity– avanzan que estudian más operaciones en España y esperan cerrar alguna más antes de fin de año. Entre los inmuebles en el radar figuran residencias de estudiantes, centros hospitalarios, residencias de ancianos, hospitales o colegios. Y apuntan además a las oportunidades del mercado español, donde los recortes durante la crisis han minado las dotaciones de los edificios públicos.
Cristina Badenes, socia de Meridia Capital, explica que estos vehículos "no son filantropía", sino que buscan también otorgar una rentabilidad. Esta, no obstante, es a más largo plazo que la habitual de los fondos de capital riesgo.
Para certificar que las inversiones cumplen con ese impacto social Franklin Templeton deberá certificar que estas están de acuerdo con una serie de estándares. También deberá utilizar esos edificios para, al margen de sus actividades habituales, darles un nuevo uso que preste más servicios a la sociedad.