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Contante y Sonante
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Objetivo: que la banca española deje de ser el farolillo rojo en solvencia

El supervisor prefiere que el sector suba su ratio en momentos de crecimiento económico. Los expertos no dudan que el Banco de Españar también limite el abono de dividendos, o por lo menos ese es el mensaje

Fachada del Banco de España
Fachada del Banco de EspañaPablo Monge

El Banco de España ha decidido eliminar el sambenito que cuelga desde hace algún tiempo en el sector financiero español, “el farolillo rojo de Europa en solvencia”, según lo definió la subgobernadora del Banco de España, Margarita Delgado, hace algo más de un mes. El supervisor nacional tiene la capacidad de subir el colchón de capital anticíclico de la banca de su país de origen aplicable a las exposiciones crediticias cada trimestre, periodo en el que se revisa este riesgo.

Pese a que la banca española quedó en el último lugar por ratios de capital de máxima calidad en los últimos test de estrés de noviembre del pasado ejercicio, el Banco de España ha optado, de momento, por mantener al 0% el porcentaje.

En unos días el supervisor volverá a comunicar el porcentaje de capital anticíclico que considera oportuno para el trimestre. En estos momentos, todo parece indicar que mantendrá inalterable las exigencias de capital, aunque no esconde su pretensión de que la banca española mejore sus ratios de solvencia. Por ello, el sector y los expertos coinciden en que antes de final del presente ejercicio la institución que encabeza Pablo Hernández de Cos pedirá a la banca más capital.

En las últimas apariciones públicas de los responsables del Banco de España, como en el último informe de Estabilidad Financiera correspondiente a primavera ya han reclamado más capital al sector, algo que no ha sido acogido con excesivo entusiasmo por los diferentes ejecutivos de las entidades financieras.

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El colchón de capital anticíclico es un instrumento macroprudencial que hace que las entidades de crédito acumulen un recargo de fondos propios durante los períodos de crecimiento excesivo del crédito para ser utilizado en la fase de corrección. Así, este colchón permite reforzar la solvencia del sistema bancario durante las expansiones crediticias, que es cuando habitualmente se acumulan los riesgos, para poder hacer frente a su posterior materialización, mitigando la disminución del flujo de crédito nuevo que pudiera ocasionar, explica el Banco de España.

El supervisor reconoce que ahora no es necesario incrementar el colchón para suavizar el crecimiento del crédito, puesto que según los indicadores que utiliza para realizar este análisis, la financiación sigue siendo baja. Incluso el crédito al consumo, que en el último ejercicio se había disparado, lo mismo que su morosidad, ha moderado considerablemente su incremento. Mientras que el crédito hipotecario está muy lejos de preocupar, aunque en ambos casos el supervisor está pendiente de sus modificaciones al alza.

Pese a todo ello, Hernández de Cos no descarta una subida del capital de la banca española, y sobre todo, una revisión de la política de dividendos. La institución de la madrileña calle de Alcalá considera que es mejor reclamar más capital en épocas de crecimiento económico que en ciclos de recesión. Y considera que este año puede ser un buen momento, o por lo menos eso aseguran expertos financieros, que recuerdan que eso es lo que han hecho en los últimos meses Alemania y Francia, que han subido el colchón de capital sus bancos en un 0,5%, e incluso Irlanda se ha unido a este incremento.

El Banco de España tampoco se ha cansado de insistir en el último mes en la necesidad de que las distintas entidades financieras rebajen el porcentaje que destinan a dividendo. Y, por supuesto, no entiende que una entidad decida repartir un dividendo extraordinario a cargo de su excedente de capital. “El supervisor no entiende que es un exceso de capital en un momento en el que está reclamando más y públicamente califica al sector de farolillo rojo en solvencia”, señala un directivo del sector.

La subgobernadora recordó en mayo que la media española en el ratio de capital CET 1 fully loaded es del 11,5%. “La distancia de este ratio frente al resto de Europa ha pasado de 200 a 300 puntos básicos en los últimos cuatro años. La banca europea ha reforzado más su capital que nuestro país”, subrayó, e instó a los bancos a reforzar sus ratios de capital.

El Banco de España ya alertó en su último Informe de Estabilidad Financiera sobre la política de dividendos de los bancos. Afirmó que los dividendos repartidos en el período 2015-2018 representan el 1,8% de los activos ponderados por riesgos (APRs) del pasado ejercicio, con un pay-out en torno al 50%. El supervisor incide en que si la banca destina alrededor del 50% de sus beneficios a remunerar al accionista no serán capaces de generar el capital suficiente para hacer frente a una repentina demanda de crédito o a llevar a cabo nuevas provisiones sin perjudicar a su solvencia.

De sus indicaciones se puede concluir que si la salud del sector depende del dividendo, no sería extraño que pusiera límite a este pago al accionista, aunque la política del dividendo corresponde al BCE, pero como dicen los expertos, “las recomendaciones del Banco de España siempre serán atendidas si es para reforzar la solvencia de sus bancos”.

En la actualidad, los analistas y los inversores instituciones en general, reclaman a la banca europea unos ratios de capital de máxima calidad CET1 fully loaded del 12%, pese a que no existe ninguna regulación que ampare este requisito. En España, de las seis entidades financieras que cotizan el Ibex solo Bankia alcanza un ratio de capital de máxima calidad del 12%, en concreto del 12,61%, según datos del primer trimestre del año facilitados por la propia entidad.

Precisamente es esta entidad la que incluye en su plan estratégico hasta 2020 repartir un dividendo extra a sus accionistas, entre los que destaca el Estado que controla el 61% de su capital, con su exceso de recursos propios.

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