El precio del bono español se dispara un 7% y bate las ganancias de la Bolsa en 2019
El rendimiento a una década cae a un nuevo mínimo histórico del 0,69%
Las caídas de las rentabilidades en el mercado de deuda están reportando importantes ganancias a los inversores que buscan en los bonos un refugio ante la inestabilidad que sacude a las Bolsas. Los rendimientos de la deuda española a 10 años llevan dos semanas revalidando los mínimos históricos. Ayer los títulos con vencimiento en 2029 cerraron en el 0,69%. La compra de bonos por parte de los inversores con menor tolerancia al riesgo ha provocado que las rentabilidades experimenten fuertes descensos, mientras el precio, que se mueve a la inversa, no ha parado de subir.
Un claro ejemplo que ilustra esta corriente es el comportamiento del bono emitido por el Tesoro el pasado 22 de enero mediante sindicación y que a día de hoy es la referencia con mayor liquidez en el mercado. Desde su puesta en circulación el precio ha pasado de 100,8 (porcentaje sobre el nominal) que marcaba el 23 de enero a 107,3 de ayer. Es decir, todo aquel que decidiera apostar por él se ha anotado una revalorización del 7%. Esta subida contrasta con la caída del 1,36% sufrida por el Ibex 35 en el mismo plazo y se sitúa por encima del 5,65% que se anota la Bolsa española en lo que va de 2019.
Si bien es cierto que ha sido en mayo cuando mayor protagonismo ha cobrado el descenso en las rentabilidades de los bonos, ante el resurgir de las tensiones comerciales, se trata de una corriente que impera desde comienzos de año, cuando los bancos centrales comenzaron a moderar su lenguaje. La rebaja de las previsiones de crecimiento por parte del BCE y de la Fed en previsión de una desaceleración de la economía, así como el fuerte tijeretazo que los miembros del banco central de
EE UU metieron a las expectativas de subida de tipos –según los últimos cálculos elevarán los tipos una vez en los próximos tres años– han llevado a los inversores a descontar la continuidad de las políticas de tipos ultralaxas e incluso a esperar nuevos recortes por parte de la Reserva Federal.
Las ganancias en la deuda española se amplían aún más si se retrocede en el tiempo. Tomando como referencia la emisión que vence en julio de 2018, las revalorizaciones alcanzan el 10,5%, pasando de un precio de 97 que marcaba este bono a mediados de octubre, cuando comenzó el descenso de rentabilidad, al 107,3 actual. Estas ganancias superan a la registrada por el selectivo español en los últimos ocho meses (3,2%).
Aunque la aversión al riesgo y el retraso de la subida de tipos del BCE al menos a 2020 han sido las puntas de lanza que han acelerado la compra de bonos, no son las únicas razones que explican por qué la renta fija española brilla con luz propia. En un escenario en el que aumentan los temores a un frenazo de la economía, los inversores siguen confiando en España. Los extranjeros son los principales tenedores de deuda española y representan ya el 44,74%. Dentro de este grupo, los asiáticos han sido los últimos en tomar posiciones, un movimiento que ha venido acompañado por la mejora del rating. S&P y Fitch devolvieron el año pasado la categoría A –entre el notable y el sobresaliente–, favoreciendo con ello la llegada de los inversores más conservadores. En la emisión sindicada del pasado enero, los inversores asiáticos superaron el 10% y entre de ellos la mayor demanda correspondió a los chinos.
El interés por la deuda de la zona euro no se limita a los bonos españoles. Destaca la subida en precio (caída de las rentabilidades) de la deuda portuguesa. Desde los mínimos de octubre, las ganancias reportadas por la emisión que expira en octubre de 2018 alcanza el 12,6%.
A la confianza que los inversores tienen depositada en España y Portugal se suma el hecho de que en un escenario de tipos cero, la deuda periférica es la que reporta los retornos más atractivos sin apenas riesgos. Italia es la excepción. Aunque el precio de los bonos que vencen en 2029 ha subido un 2,4% este año, la volatilidad ha sido una constante. Estas ganancias podrían peligrar si Bruselas decide abrir a Roma un expediente por su abultada deuda, que supera el 130% del PIB.
La deuda de la zona euro, sin potencial
La renta fija está siendo uno de los activos estrella en este año. Aunque la Bolsa comenzó con fuerza, las subidas se han ido apagando y han sido muchos los inversores que han aprovechado la incertidumbre para rotar sus carteras. El dinero de la renta variable ha encontrado un buen acomodo en la deuda.
Sin embargo, a pesar de las revalorizaciones que acumulan los bonos de la zona euro, son muchos los expertos que creen que ya no tienen recorrido.
Pero hasta que ese momento llegue la apuesta por la deuda es una estrategia que está saliendo rentable a muchos fondos. Dentro del abanico de vehículos que invierten en deuda pública en euros, el que acumula las mayores ganancias anuales es NN Belgian Government Bond (5%), un fondo que invierte en bonos del Estado belga. De entre los españoles, el que mejor lo hace es CaixaBank Smart Money Renta Fija Gobierno (3,5%).