En el interior del Riu Plaza España a un mes de su apertura
El precio de las habitaciones va de 135 a 1.500 euros por noche
Ascenso a la cuarta planta por un andamio desde la calle, 1.000 obreros trabajando, paredes desnudas, suelos sin enmoquetar, obras en cada rincón… parece sorprendente que en un mes la cadena Riu vaya a inaugurar su hotel de cuatro estrellas en el histórico Edificio España. A mediados de julio, sin día concreto todavía, la empresa mallorquina se dispone a abrir su emblema en Madrid, el llamado Riu Plaza España en el rascacielos que lleva más de una década cerrado y que ha protagonizado miles de titulares en los últimos años.
A pie de calle pareciese que las obras van mucho más atrasadas. En ese nivel irá la futura zona comercial y de restauración, un área cuya propiedad recae en la socimi Inbest, que todavía no ha desvelado qué marcas abrirán allí. Riu se encargará este verano de dejar los locales terminados en bruto, pero después llegarán las obras de instalación de las firmas que apuesten por estar en el Edificio España.
En las últimas semanas la cadena mallorquina ha acelerado las obras para tener listo el hotel este verano. La compañía asegura que terminará en solo dos años una reforma que normalmente se hubiese dilatado cuatro años. Había prisa porque Madrid volviese a ver en funcionamiento su icónico edificio.
En 2014, el grupo chino Wanda compró el inmueble que había sido de Santander, inaugurado en 1953 y que ya en el comienzo de su vida albergó un hotel. El empresario Wang Jianlin quería tirar el rascacielos, símbolo de la arquitectura de posguerra, para volver a reconstruirlo. Una solución mucho más barata que la rehabilitación, según el magnate que durante esos años era visto como salvador para todo tipo de proyectos como la Operación Campamento o para recapitalizar el Atlético de Madrid. Pero en 2015 llegó Manuela Carmena a la alcaldía y se lo prohibió por motivos de protección del patrimonio. El culebrón se extendió con el empresario murciano Trinitario Casanova, que dijo haber comprado el edificio en 2016 pero que únicamente consiguió darle el pase al comprador final, Riu, un año más tarde.
El nuevo Riu Plaza España va a hacer un guiño a su pasado en un diseño retro-chic o moderno-vintage. De momento se percibe en las maderas de ornamento, lámparas y en los baños en blanco y negro de las habitaciones, a falta de la decoración completa. Será especialmente visible en el hall, que conservará elementos arquitectónicos y materiales como el mármol.
El 80% de las habitaciones tendrán vistas a los tejados de Madrid
La planta cuarta, a la que actualmente se accede por el andamio exterior, albergará la llamada sala Magna, que será, según la cadena mallorquina, el mayor auditorio del centro de Madrid (para 1.500 personas) y que se podrá dividir en cinco espacios. Impresiona su longitud, de 100 metros, como un campo de futbol. Entre salones y terrazas habrá una oferta de 5.000 metros cuadrados para eventos. En la otra ala de esa planta dos comedores y un salón buffet se abren hacia un ventanal con vistas a la Plaza de España, actualmente también en obras. Esa será la zona de restauración para clientes.
Unas plantas más arriba, en la décima, la habitación 1033 ya está totalmente terminada. Es una de la veintena que tendrá una amplia terraza, en este caso con una impresionante vista a la plaza y la Gran Vía. El precio de esta suite comenzará en los 250 euros. Pero habrá otras opciones más baratas. La número 528, estándar, también está concluida esperando a los primeros huéspedes. En ese caso, la tarifa comienza en los 135 euros. Existen alternativas más amplias como las familiares e incluso una suite presidencial, que en temporada alta costará 1.500 euros por noche. En total, 585 habitaciones atendidas por 300 personas de Riu más un número no especificado de empleados de firmas externas. El 80% de las habitaciones tendrán vistas a los tejados de Madrid, en los cuatro puntos cardinales, pero más espectaculares cuanto más elevadas.
El hotel abrirá en julio y la dirección del establecimiento espera alrededor de un 65% de ocupación los primeros meses. Riu prevé que sus huéspedes sean una mezcla de clientes de congresos, de touroperadores y familias que busquen en Madrid la oferta de ocio y compras de la Gran Vía. El primer evento será el de la organización Meetings Space, dedicada precisamente a eventos. Pero el gran congreso llegará en 2020, cuando se celebre en la capital la edición de ESMO, la gran cita anual de los oncólogos europeos.
De nuevo en el ascensor, un detalle curioso: con el fin de mitigar la mala suerte, el hotel ha eliminado la planta 13. Siguiente parada, el nivel 20. Allí se abren dos grandes terrazas en sendas alas, una en la que destaca la piscina de momento vacía y con vistas a la Gran Vía, y otra mirando hacia el noroeste, destinada a eventos.
Pero el que previsiblemente será el punto de atracción del hotel para clientes y visitantes será la zona más alta del edificio de 117 metros. En la planta 25 se abrirá el llamado Skybar. A día de hoy, los operarios se afanan en pintar un techo que estará lleno de luces leds como estrellas y el suelo está levantado para incluir losetas de luz que parecen un guiño retro a Fiebre del sábado noche y Toni Manero.
En la cima, la atracción estrella del establecimiento, el rooftop bar al descubierto con vistas de 360 grados a todo Madrid. En el viejo hotel Plaza allí se ubicaba la piscina. Para unir las dos alas, Riu ha creado un puente transparente con efecto vértigo: un voladizo de cristal que deja bajo los pies 80 metros de caída hasta la planta sexta.