Mercados
Las grandes familias, el Estado y los fondos a largo plazo, los más beneficiados por las acciones de lealtad
Amancio Ortega o los Entrecanales pueden reforzar su control absoluto. Economía se guarda la baza de proteger Aena, Indra o Red Eléctrica
La reforma de varias leyes que prepara el Ministerio de Economía provocará un terremoto en el capital de las empresas más emblemáticas del Ibex. De ser aprobado el nuevo texto en el Congreso, los accionistas históricos podrán hacer valer su solera. También algunos de los recién llegados, siempre que vengan para quedarse. En todos los casos deberán obtener el aval de una mayoría reforzada de la junta de accionistas.
- Estado. Precisamente el argumento del Gobierno italiano para introducir una medida de este tipo en 2015 fue proteger las participaciones estatales en empresas clave. En España, las sucesivas oleadas de privatizaciones han minimizado ya el poder del Estado sobre las cotizadas. Una exención es la de Aena, donde Enaire retiene el 51% del capital, que ha hecho valer para resistir los envites de TCI, un fondo activista que entró en la salida a Bolsa. El Estado retiene también una participación superior al 60% en Bankia tras el rescate y de en torno al 20% en Indra y Red Eléctrica, donde este derecho extra permitiría a la SEPI acercarse al control del 50% del capital sin gastarse un euro.
- Grandes familias. Otros grandes beneficiados son las grandes familias que retienen un poder omnímodo sobre algunos de los grandes del Ibex. Por ejemplo, Amancio Ortega podría doblar su 60% de derechos políticos en Inditex, así como su hija Sandra Ortega ver duplicado su 7%. También verían reforzadas sus participaciones, que ya son de control, los Entrecanales en Acciona o los Escarrer en Meliá. Permitiría a los Del Pino en Ferrovial y a los Grifols en la compañía de plasma sanguíneo acercarse al control total pese a tener un tercio de sus acciones. Finalmente, la norma facilitaría allanar la toma de decisiones de Florentino Pérez en ACS o de los Botín en Santander.
- Inversores a largo plazo. El tercer grupo que podría verse tentado a reforzar su control son otros inversores, industriales o financieros, con una larga historia en la compañía. Aquí destacan participaciones de holdings industriales como Criteria en CaixaBank y Cellnex, y Corporación Alba en Acerinox, Viscofan e Indra. También son los casos de las participaciones de grandes empresas, como las de BBVA y CaixaBank en Telefónica, y la de Sacyr en Repsol.
- Extranjeros. La Bolsa española ha vivido en los últimos años el despliegue de los inversores internacionales. En principio, las acciones de lealtad perjudicarían a hedge funds internacionales o fondos activistas, pero premiarían a aquellos que llegan para invertir a largo plazo. Esto es así para los fondos soberanos (entre los que destaca el 6% del de Catar en Iberdrola), pero también del capital riesgo, como el 20% de GIP en Naturgy. Un caso paradigmático es el de BlackRock, que aunque no suele intervenir en la toma de decisiones de las compañías en las que invierte, tendría blindado su peso en ACS, Sabadell, Santander o Telefónica. Siempre que quiera ejercerlo.