Una elecciones europeas que importan de verdad
Por una vez, la votación es sobre el futuro del bloque, en lugar de ser un simple sondeo sobre la popularidad de los Gobiernos nacionales
Muchos ciudadanos comunes y corrientes parecen haber perdido una comprensión clara de por qué se construyó la Unión Europea y, en particular, de por qué sería necesaria “más Europa”. Las elecciones parlamentarias de la UE, que se celebran estos días, entre el jueves y el domingo, son vistas por muchos como la oportunidad de abordar esta cuestión, quizás por primera vez. Esto hace que la votación sea sobre el futuro del bloque, en lugar de limitarse a sondear la popularidad de los Gobiernos nacionales, como ha ocurrido en el pasado.
Las elecciones de este año ya han desencadenado un verdadero debate sobre la Unión Europea y su dirección. Se pide a los partidos proeuropeos que expliquen por qué creen que es necesaria una mayor integración. Y aquellos que abogan por una mayor soberanía nacional tendrán que dar más detalles de su visión y de cómo lograrla. Tampoco ha habido nunca tanta interacción entre la política nacional y los temas europeos
Los partidos de los diferentes países se están posicionando en relación con los grupos parlamentarios europeos, se están proponiendo nuevas alianzas y es probable que haya una recomposición importante de la organización política del Parlamento Europeo.Además, las votaciones nacionales –incluso en los países más pequeños, como Eslovaquia o Finlandia– y las elecciones parciales en algunas regiones del sur de Italia o en los ayuntamientos ingleses están recibiendo un nuevo nivel de atención en toda Europa. Es como si el futuro del continente dependiera de estas partes móviles locales, que están siendo consideradas como precursores del declive o ascenso del euroescepticismo en todo el continente.
Los resultados de las elecciones decidirán quién dirige el Parlamento Europeo, la Comisión, el ejecutivo de la UE, así como el Consejo Europeo, el foro en el que los Gobiernos nacionales toman las decisiones. Pero siempre ha sido así. Esta vez, estas decisiones influirán también en quién sustituirá a Mario Draghi como presidente del Banco Central Europeo, ya que su mandato de ocho años termina unos meses después de las elecciones.
Pero el BCE es independiente. Y las políticas fiscales de la zona euro son supervisadas por la Comisión Europea y aplicadas por los Gobiernos nacionales. Que los partidos que quieren más soberanía nacional mejoren sus resultados tampoco afectará a los precios de los activos: ya está claro que el Parlamento Europeo estará más fragmentado, y los mercados lo han descontado. La cosas solo serían diferentes si los euroescépticos obtuvieran suficientes escaños para poder bloquear la toma de decisiones. Pero eso es muy improbable.
En cambio, la razón por la que los inversores se preocupan tanto por estas elecciones es que podrían ser el catalizador de acontecimientos políticos nacionales, particularmente en aquellos países donde las coaliciones gubernamentales parecen inestables. Tomemos el caso de Italia, donde las tensiones en el Gobierno de coalición están en aumento. Muchos esperan que los resultados electorales puedan traer cambios en la composición del Gobierno o llevar a la formación de un nuevo Ejecutivo.El país también tendrá que aprobar una difícil ley de presupuestos para 2020, con un posible aumento del IVA para recaudar más de 23.000 millones de euros. A medida que los mercados se han ido centrando en ello, la prima que ofrecen los rendimientos de los bonos italianos frente a los alemanes ha vuelto a crecer últimamente.
Aún menos predecible es el impacto de las elecciones en la política británica, cada vez más fragmentada, con los partidos tradicionales cayendo, a medida que el debate nacional está cada vez más dominado por la cuestión del Brexit.Los inversores esperan que Gran Bretaña abandone la Unión Europea de forma ordenada a finales de octubre o más tarde. Sin embargo, no cuentan con una salida desordenada que implicara la salida de Gran Bretaña sin ningún tipo de acuerdo sobre comercio. Ese puede ser otro riesgo aparentemente remoto que entre en escena después de esta votación crucial.
Fabrizio Pagani es director global de estrategia de mercado de capitales y economía de Muzinich & Co. Anteriormente, como jefe de la Oficina del Ministro de Finanzas de Italia fue responsable del desarrollo de políticas sobre macroeconomía, impuestos, finanzas y banca. Anteriormente, fue sherpa (asesor o negociador) del G20 y consejero económico principal del primer ministro italiano. También trabajó en la OCDE en París como jefe de la Oficina del G20.
Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías