Una Huawei aislada puede acabar en los brazos de Pekín
Es probable que tenga que centrarse en el mercado doméstico, donde el Gobierno tiene una gran influencia
Una lista negra de EE UU podría terminar empujando a Huawei a los brazos de Pekín. Los escenarios extremos ya no pueden ser descartados. Aunque pueda recibir un indulto, como ocurrió con ZTE, el daño ya está hecho, al verse claramente la importancia de la propiedad intelectual de EE UU en la cadena de suministro de muchas empresas foráneas.
Los costes podrían ser altos. Los equipos de red que dependen de componentes americanos tendrá que rediseñarse. Si se le niega el acceso a Google Play, Huawei podría tener que desplegar un nuevo sistema operativo. Las ventas fuera de China suponen la mitad de sus 100.000 millones de dólares de ingresos, pero su cuota de mercado nacional también está en peligro, frente a rivales como ZTE y Xiaomi. Huawei tiene efectivo, con unos 39.000 millones en el balance a finales de 2018. Eso debería mantener a los bonistas relativamente tranquilos por ahora, pero a falta de un giro en la política de Trump, las cosas están destinadas a deteriorarse.
El fundador, Ren Zhengfei, podría considerar la venta de partes de Huawei. En circunstancias normales, la división de teléfonos, que generó 50.000 millones de ingresos el año pasado, tendría atractivo. Sus equipos de red, que generan la mayor parte de las preocupaciones de seguridad de EE UU, son igualmente valiosos.
Pero la desinversión podría no ser suficiente para satisfacer a la Casa Blanca, que quiere concesiones de China. En casa, una división de Huawei se vería como una capitulación, y vendría mal al presidente, Xi Jinping. Lo mismo ocurre con hacer despidos para conservar capital. Huawei empleaba a 180.000 personas a finales de 2018, un quinto en el extranjero. Con esas opciones, que parecen débiles en el mejor de los casos, Huawei tendrá que mantenerse centrada principalmente en casa. Eso podría incluir más órdenes de compra obligatorias de compañías controladas por el estado, y hacer lobby para obtener exenciones de impuestos y otras ayudas. Acusada durante mucho tiempo de ser una agente de Pekín, puede terminar bajo su tutela.
Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías