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¿Es realmente inviable Correos?

No solo defendemos que es viable, sino también un soporte para muchos operadores privados

Empleado de Correos con una PDA.
Empleado de Correos con una PDA.REUTERS
CINCO DÍAS

Últimamente, una serie de organismos independientes están generando opinión en torno a la inviabilidad de nuestro servicio postal. Así, hemos conocido recientemente de un informe encargado a la institución independiente Autoridad Fiscal con ayuda de Fedea que recoge, entre otras afirmaciones, que “Correos está anclada a los números rojos” o que “Correos se expone a perder más de 1.700 millones de euros en el próximo lustro”.

Para llegar a estas conclusiones se aportan una serie de datos erróneos difíciles de justificar. Afirman que “Correos apunta a un desequilibrio presupuestario estabilizado de alrededor de 250 millones en el periodo 2019/2023”, algo complicado de entender cuando los resultados de 2018 indican que lo peor de la crisis de la sustitución electrónica ya ha pasado y que los envíos tradicionales casi se han mantenido constantes con respecto al año anterior, incrementándose los ingresos por estos productos en más del 6%.

Afirman también que “Correos sigue siendo, de largo, el operador postal más dependiente del segmento tradicional, que explica el 83% de su facturación mientras supone un 76% en el Reino Unido y apenas un 30% en Deutsche Post”, cuando la realidad es que el peso del segmento tradicional en nuestro país es el 72%, obviando las facilidades que ha tenido Reino Unido al mantener su monopolio completo hasta directivas de liberalización de la UE y que en España estuvo totalmente liberalizado el bucle urbano desde los sesenta.

Sería bueno que ese organismo analizara las tarifas postales del conjunto de la UE desde los noventa hasta nuestros días (España ha mantenido unas tarifas muy por debajo de la media de la UE).

La Autoridad Fiscal también manifiesta que Correos se ve abocado a “diversificarse hacia un mercado como el de la paquetería y el reparto exprés de bajos márgenes y gran competitividad”, ignorando que en la actualidad Correos ingresa cerca del 10% del total de su actividad en otros servicios que poco tienen que ver con la distribución de paquetes y que cada vez tienen más que ver con la creciente digitalización de nuestra economía.

En el capítulo de las decisiones a adoptar, la Autoridad Fiscal concluye que “Correos es una empresa ineficiente, que hay que afrontar un cierre agresivo de oficinas o que la prestación del SPU se limite a tres días”; y esto lo dicen justo un día después de que más de 50.000 personas se manifestaran en Madrid reclamando mejores servicios en la España vaciada. Un espacio geográfico en el que el único referente institucional que le queda a esta población es la oficina y el cartero de Correos.

Igualmente, ponen de manifiesto la ineficiencia “de mantener tres modelos operativos: Correos, Unidades de Servicios Especiales y Correos Express”. Conviene aclarar que no son tres los modelos existentes, sino dos, puesto que el de Correos y el de las Unidades de Servicios Especiales es el mismo. Y sí, es cierto que nos vemos obligados a mantener dos modelos operativos, y ello porque Correos debe aprovechar lo que ellos parecen despreciar: las economías de escala que nos permiten competir en el mercado de la mensajería.

Por otro lado, el modelo de Correos Express, que estamos obligados a mantener dadas las prácticas anticompetitivas que sostiene este mercado con la utilización de falsos autónomos para la distribución a domicilio. No estaría de más que esta Autoridad Fiscal, así como otras, realizaran un estudio imparcial sobre la dificultad de entrar en el mercado que tienen aquellos operadores que cumplen estrictamente con la legislación laboral, como hace Correos. El sector de la paquetería, en lo que a la distribución se refiere, nos recuerda a las malas prácticas de la llamada gig economy.

Correos es una empresa viable que actúa como soporte para que operadores privados de diferentes mercados realicen su trabajo. Estos, sin el apoyo de Correos, tendrían difícil continuar con su actividad. Es el caso de las empresas de marketing y publicidad, las remesadoras de dinero (cerca de 800 millones de euros remitidos), numerosas empresas turísticas y de transporte.

Correos facilita que numerosas pymes participen en el creciente mercado del comercio electrónico. También da soporte a las utilities (gas, electricidad, etc.) facilitando el pago al contado de recibos a sus clientes no bancarizados. Igualmente, presta servicios a las Administraciones en su relación con los ciudadanos (como en la obtención del distintivo ecológico de los automóviles, un millón de distintivos tramitados al año). Correos es, pues, viable, además de diseñar productos que permiten que numerosos sectores económicos puedan operar con seguridad.

La sociedad necesita de Correos. Basten dos ejemplos: uno, que más del 40% de los internautas no son capaces de terminar un trámite administrativo a través de internet, y dos, que en nuestro país en las últimas cuatro décadas hemos vivido 202 procesos electorales (vamos camino del 203, cinco cada año) en los que Correos ha jugado un papel relevante en nuestra democracia. ¿Cómo se puede pensar que Correos es prescindible?

Desde nuestra organización instamos a los denominados organismos independientes a que no debiliten con sus informes a una de las organizaciones públicas que más aporta al desarrollo económico y a la cohesión social de nuestro país.

José Sayagués Román es secretario general del Sector Postal de FeSP-UGT

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