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El Brexit da a Easyjet una excusa de cara a este verano

La aerolínea de bajo coste culpa a las turbulencias políticas británicas de una débil demanda, pero esta no es la causa más probable

Pasajeros suben a bordo de un avión de Easyjet.
Pasajeros suben a bordo de un avión de Easyjet.EVERT ELZINGA (EFE)

Easyjet se ha subido al carro de culpar al Brexit de todo. La aerolínea de bajo coste advirtió el lunes de que la incierta salida de Gran Bretaña de la Unión Europea está ejerciendo presión sobre la demanda de billetes. Si a esto le sumamos el aumento de los costes de combustible y las posibilidades de que se produzcan más interrupciones en el control del tráfico aéreo, es poco probable que la aerolínea repita el alto rendimiento del año pasado.

La oscuridad está, sin embargo, muy lejos de lo que Johan Lundgren dijo el pasado mes de noviembre en un discurso lleno de garra. Aunque el proceso del Brexit era tan confuso entonces como lo es ahora, las reservas para el verano estaban aparentemente por delante de lo que resultó ser un parachoques en 2018. La compañía tampoco previó ningún cambio en el día de salida de la UE previsto para Gran Bretaña, el 29 de marzo. Sin embargo, si se adelanta cuatro meses, la empresa está preocupada por la baja demanda. Las acciones de Easyjet cayeron más del 8%, su nivel más bajo en dos años, el lunes por la mañana, arrastrando a su rival Ryanair a una caída del 5%.

Las principales preocupaciones de la empresa de más de 4.500 millones de euros son los próximos tres meses. Es menos pesimista la campaña de reservas entre julio y septiembre de cara a la Navidad, cuando los británicos que buscan el sol –que podrían ser los más afectados por contratar unas vacaciones en el extranjero– aportan la mitad de los ingresos. Esto sugiere que el sombrío crecimiento en la zona del euro es una carga más pesada que los bandazos y las disfunciones en la política del Reino Unido.

Los problemas de Easyjet no terminan ahí. Su factura de combustible en los seis meses hasta el 31 de marzo fue 43 millones de euros más alta que hace un año, y parece que seguirá subiendo: los precios del combustible de aviación han subido un 8%. También está teniendo que recurrir a tripulaciones y aviones adicionales para una posible repetición de al menos una parte del caos del control del tráfico aéreo que provocó la inmovilización de más de 5.000 vuelos europeos en 2018.

Es probable que estos vientos en contra dejen los resultados por debajo del rendimiento del año pasado. ­Supongamos que la ganancia operativa en el año hasta septiembre es de 642 millones de euros, muy por debajo de las expectativas previas de los analistas, que la ubicaban en casi 700 millones de euros, según Refinitiv. Una vez deducidos los intereses y los impuestos, los ingresos netos serían de casi 500 millones de euros. De este modo, las acciones se negocian con menos de diez veces sus beneficios, lo que supone un descuento para su rival más importante, la compañía irlandesa Ryanair.

La participación del 33% del fundador británico y chipriota Stelios Haji-Ioannou significa al menos que EasyJet puede cumplir con las normas de propiedad europeas después del Brexit con menos problemas que sus rivales. Otras cuestiones son ya más difíciles de evitar.

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