Cómo sacar partido a todo lo perdido en 2018 para rebajar la factura fiscal
Las minusvalías sufridas el pasado año permiten compensar las plusvalías de ese ejercicio y de los tres siguientes
El margen para cuadrar la factura fiscal de 2018 ya pasó. Cerrado el ejercicio, y a punto de comenzar la campaña de la declaración de la renta, no hay opción de recurrir a fórmulas como las de aflorar minusvalías con las que rebajar el coste fiscal por las plusvalías obtenidas o de realizar aportaciones al plan de pensiones, que reducen directamente la base imponible del contribuyente, con un límite de 8.000 euros anuales.
El pasado fue un muy mal año para la inversión, en el que se dio la situación insólita de pérdidas en toda clase de activos financieros, desde los más audaces como la Bolsa hasta los más conservadores como la renta fija. Esas pérdidas sí pueden servir sin embargo para compensar por lo que se pudiera haber ganado no solo en 2018 sino en los tres ejercicios siguientes.
Compensación de plusvalías
A la vista del pésimo año para la inversión financiera, la gran ventaja fiscal para rebajar la factura está en quien por ejemplo haya vendido una vivienda –previsiblemente con plusvalías gracias a la pujanza del mercado inmobiliario– y registrado pérdidas en Bolsa. En la declaración de la renta es posible rebajar el saldo positivo de las ganancias que se incluyen en la parte del ahorro con pérdidas patrimoniales o rendimientos negativos del capital.
Es decir las ganancias patrimoniales de la venta de un inmueble pueden recortarse con las pérdidas patrimoniales sufridas en Bolsa o fondos o con los rendimientos del capital negativos de la inversión en bonos. El límite de esa rebaja está en el 25% de las ganancias del ahorro obtenidas, un listón que se ha elevado desde el 20% del ejercicio de 2017.
Las minusvalías sufridas en 2018 sirven para rebajar lo ganado este año y también durante los próximos tres, siempre que no se hayan consumido en su totalidad en la declaración de la renta de este año. La declaración del IRPF de 2018 será también la última oportunidad para compensar plusvalías con minusvalías pendientes de 2015 y que no se hayan empleado hasta el momento para tal fin.
Tributación
El fracaso en la aprobación de los presupuestos para este año ha evitado un endurecimiento de la tributación de las plusvalías de más cuantía, de modo que el gravamen de las ganancias del ahorro se mantiene sin cambios. Para los primeros 6.000 euros de ganancia, hay que pagar impuestos por el 19%. A partir de esa cuantía y para los 44.000 euros siguientes de plusvalía, el gravamen se eleva al 21% y cuando la ganancia excede de 50.000 euros, esa plusvalía está sujeta a un impuesto del 23%. El Gobierno había previsto un alza del 23% al 27% en el gravamen que se aplica a ganancias superiores a los 140.000 euros y que ha quedado en vía muerta.
El tipo marginal del contribuyente también será determinante en la declaración, ya que permitirá un mayor ahorro fiscal en las aportaciones a planes de pensiones, de hasta el 48% en autonomías como Cataluña o Andalucía.