Fridman se da de margen hasta mayo para que triunfe su opa sobre Dia
Los minoritarios con cerca de un 6% exigen una mejora de la oferta
La cuenta atrás ha comenzado para el destino de Dia. Fridman, con un 29% a través de Letterone, ya tiene su opa aprobada por la CNMV. El reto está ahora en convencer a dueños del 35,5% del capital de que deben acudir sí o sí a la oferta. El plazo de aceptación arrancará próximo lunes y se alargará hasta el 23 de abril, pero el fondo del inversor ruso se guarda la carta de ampliar ese periodo de venta, para los accionistas, hasta inicios de mayo en caso de que no logre convencer a los accionistas necesarios, según fuentes financieras.
Como adelantó CincoDías en su edición del martes, los plazos del organismo que preside Sebastián Albella se habían acelerado en los últimos días, dada la difícil situación que atraviesa la compañía de supermercados, en causa de disolución, y por la menor complejidad del proceso de autorización, al tratarse de una opa voluntaria. Los planes de la CNMV eran autorizarla esta semana y, finalmente, fue ayer.
El planteamiento del primer accionista de Dia se mantiene. Son 0,67 euros por acción o nada. Se dirige a propietarios del 71% de las acciones que no controla. Una cifra lejana al considerado precio equitativo, de 3,42 euros por acción, el último al que Letterone compró títulos de Dia.
Los hedge funds y los más de 40.000 pequeños accionistas presionan ya para que mejore el precio. Y ya han comenzado las primeras manifestaciones. Pedro Gómez-Pablos, el inversor canario coaligado con Naturinvest, la firma de la familia Bountoux Halley, heredera de Carrefour, controla el 3,41% de Dia y no acudirá a la oferta, según fuentes cercanas al inversor. Al menos no a este precio. Tampoco lo hará el dueño luso de Eurocash, Luis Amaral, con un 2% de Dia, como explicó en una entrevista a periódico el pasado 18 de marzo. “Lo que está claro es que no voy a vender”, sentenció.
Letterone convoca a los analistas el jueves para convencerlos
Road show. Letterone acelera para quedarse con Dia. El fondo a través del que Mijail Fridman controla el 29% del grupo de supermercados negocia con los bancos acreedores, una vez aprobada su opa por la CNMV, y a partir de la próxima semana se reunirá con los inversores. Ha convocado a los analistas españoles que siguen la compañía a una presentación en Madrid el próximo jueves.
Los alrededor de una decena de expertos de distintas casas de análisis que siguen Dia están citados el jueves 4 de abril en la sede de Pérez-Llorca, asesor de Letterone en la opa, en el paseo de la Castellana de Madrid. Acudirán a la reunión el jefe de la división de distribución de Letterone, Stephan DuCharme, y Sergio Dias, socio del fondo que también fue consejero de Dia.
La misión de esta reunión, que dará inicio a más contactos, será cargar de argumentos al mercado para que los inversores acepten su oferta a 0,67 euros por acción de Dia. Letterone empleará todas sus armas de persuasión, puesto que necesita que dueños de al menos el 35,5% del capital del grupo, al margen del 29% que ya controla, por supuesto, acepten su propuesta. En caso contrario, los esfuerzos de Fridman habrán sido en vano, pues su opa carecerá de eficacia y la empresa quedará en manos de sus acreedores bancarios.
Cierto es que, a diferencia de lo que ocurre en la mayor parte de las opas, Letterone no necesitará financiación, sino que utilizará fondos propios. Tiene pulmón de sobra para mejorar su oferta, según fuentes financieras. Y puede hacerlo en cualquier momento anterior a los últimos cinco días naturales previstos para su aceptación. Es más, desde el lunes sabrá cómo avanza la aceptación. GVC Gaesco Beka, que liquidará oferta, le informará cada día.
Acuerdo confidencial
El fondo del magnate ruso aseguraba contar con 7.100 millones de liquidez a cierre de 2017. Es más, en el folleto revela que, tras la advertencia sobre beneficios (profit warning) que lanzó el 15 de octubre y que puso a la compañía contra las cuerdas, exactamente el 2 de noviembre de 2018, Dia y Letterone firmaron un acuerdo de confidencialidad para permitir al fondo y al grupo de supermercados “intercambiar información confidencial en el marco de una serie de negociaciones encaminadas a que el el fondo facilitase a Dia financiación, debido al deterioro de su situación financier”. Finalmente, fueron los bancos los que inyectaron, el 31 de diciembre, un balón de oxígeno de liquidez hasta mayo por casi 900 millones de euros.
Fridman amenaza claramente con la quiebra de la compañía en caso de que no salga adelante su oferta. Y apunta a la “declaración de insolvencia o la capitalización de deuda por parte de los bancos acreedores, en el plazo de dos meses desde la junta general de accionistas” celebrada el pasado 20 de marzo. Se erige así como única opción, puesto que se compromete a inyectar 500 millones de capital, que adelantará si es necesario, a través de un préstamo participativo, pero solo cuando culmine la opa. Mientras tanto, Letterone no aportará un euro. Es decir, que los accionistas elijan entre recibir esos 0,67 euros por acción o perderlo todo. La mala noticia es que Letterone también se enfrenta al dilema de fracasar en su intento de controlar Dia. Si su opa no vence, también lo perderá todo. Y los números rojos por su inversión son ya muy abultadas. En el folleto, revela que L1 Retail, la sociedad que lanza la opa, registró casi 700 millones de pérdidas en 2018 por el deterioro de las acciones de Dia.
Con todo, ese capital nuevo está condicionado a un acuerdo con las entidades financieras, con las que se propone llegar a un acuerdo en las próximas semanas. En el folleto de la opa, Letterone recoge la propuesta a la banca ya conocida y comunicada en varias ocasiones, entre otras en la justificación a la junta de su ampliación de capital. Fridman descarta pedir que los bancos aporten préstamos adicionales a la compañía para sacarla de la causa de disolución y tampoco plantea una quita, pero sí mantiene sus conocidas peticiones de prolongar los vencimientos hasta 2023, mantener en la compañía los fondos logrados con las desinversiones y gestionar la liquidez del negocio con líneas de factoring/confirming adicionales, tal y como había anunciado.
Los equipos negociadores de los 12 bancos financieras, por una parte, y Letterone, por la otra, se volverán a reunir entre hoy y el lunes, después de verse las caras el lunes y el martes.
El peso de la docena de entidades que están en el equipo de acreedores es muy desigual. Santander es el líder con alrededor de 500 millones. También están presentes, pero con importes inferiores Deutsche Bank, BNP Paribas, ING, Mitsubishi UFJ Financial Group (MUFG), Commerzbank, JPMorgan, CaixaBank, Barclays, Société Générale y BBVA. Estos tres últimos forman, junto con la entidad que preside Ana Botín, el G4 que negocia con Fridman.
Las bases del acuerdo están sentadas, con un alto grado de consenso en el aplazamiento de los vencimientos de todos los créditos, por un total de 912 millones de euros, hasta marzo de 2023. Pero en el folleto publicado ayer reitera que el caballo de batalla está en la amortización anticipada de créditos por unos 250 millones, solicitada por la banca y a la que Fridman se niega en redondo, como publicó CincoDías el 21 de marzo.