La Operación Chamartín queda otra vez en el aire ante la convocatoria electoral

La ratificación final queda para la próxima legislatura. BBVA y San José esperan lograr al menos el visto bueno municipal antes de ir a las urnas el 26 de mayo

Recreación de una zona residencial de Madrid Nuevo Norte.

BBVA está cerca de ver cómo se esfuma una nueva oportunidad de aprobar la Operación Chamartín de Madrid, cuatro años después, al agotarse la legislatura. El banco, que controla el 75% de la promotora Distrito Castellana Norte (DCN) y tiene como socio minoritario a Grupo San José, ve el pleno municipal de abril como casi última oportunidad antes de que se convoquen elecciones, admiten fuentes consultadas.

DCN puede decir que vive un déjà vu. Retrocedamos cuatro años. En 2015, la empresa promotora y la entonces alcaldesa Ana Botella (PP) acordaron un proyecto que se quedó a las puertas de la aprobación. La última oportunidad para ratificarlo en un pleno extraordinario postrero no se produjo por el rechazo de puertas para adentro de la entonces candidata popular a la alcaldía Esperanza Aguirre.

Tras las elecciones llegó un nuevo equipo de gobierno encabezado por Manuela Carmena (Ahora Madrid), totalmente en contra del proyecto impulsado por DCN. Tras dos años de dar largas, tumbó el anterior plan, aprobó una iniciativa propia y finalmente se avino a negociar con DCN, propietaria de los derechos de los terrenos, y con Fomento, ya que Adif es el dueño real de gran parte de ese suelo junto a la estación de Chamartín, al norte de la capital.

Finalmente se llegó a un acuerdo entre las partes el pasado año para el plan Madrid Nuevo Norte, con el apoyo de PP, PSOE y Ciudadanos y solo con el rechazo de parte del grupo de Ahora Madrid, concretamente de IU y Anticapitalistas. Entonces comenzó a correr el tiempo para la tramitación de una modificación puntual del PGOU (Plan General de Ordenación Urbana). Pero los expedientes han ido acumulando retrasos y en la última fase por culpa de un tapón de 3.500 alegaciones de los detractores del proyecto.

Este martes, la Comunidad de Madrid presidida por Ángel Garrido se quejaba de que el ayuntamiento no le hubiese remitido el expediente final necesario para poder otorgar la declaración ambiental autonómica. Pero el consistorio contestó que ese mismo día se envió el plan completo.

Ahora la pelota está en el terreno del Gobierno regional, que debe ser raudo en redactar ese informe medioambiental. Las fuentes consultadas explican que puede tardar alrededor de tres semanas, justo en el límite para devolver el proyecto al ayuntamiento y que se apruebe en el último pleno municipal del mes de abril. Pero el plazo legal de la comunidad para elaborar la declaración ambiental es de cuatro meses, así que dependerá en gran medida de la voluntad política en un periodo preelectoral.

En el caso de que el Gobierno regional no llegue a tiempo antes de abril, pero sí antes de los comicios de mayo, existe la posibilidad de que Carmena convoque un pleno extraordinario antes de las elecciones para aprobar el proyecto. Si no entregase la declaración antes de ir a las urnas, Madrid Nuevo Norte quedaría al albur del siguiente consistorio, a la espera de los pactos poselectorales y de si IU y Anticapitalistas vuelven a tener un papel relevante.

Sin embargo, si el Ejecutivo regional llega a tiempo con la declaración ambiental, el pleno de abril dará luz verde a lo que se llama aprobación provisional, que es el último trámite a escala municipal y que se considera irreversible. Entonces la pelota volverá a la Comunidad de Madrid para la ratificación definitiva por parte del Ejecutivo regional, algo que en cualquier caso ya se produciría en la siguiente legislatura con un nuevo Gobierno.

Las fuentes consultadas explican que BBVA y la empresa DCN deberían estar confiadas de que el plan, tras más de 25 años, se aprobará aunque sea en la siguiente legislatura, ya que tanto PSOE, PP, Ciudadanos y Más Madrid (la reciente marca impulsada por Carmena) apoyan Madrid Nuevo Norte al considerarlo estratégico para remodelar la estación de Chamartín (con un pago de DCN de 1.200 millones a Adif por el suelo), la futura alta velocidad, el nuevo centro financiero, 11.000 viviendas y para cerrar la brecha al norte de la capital.