¿Fue efectiva la respuesta del sector financiero a la crisis?
Lo que iba a hacerse para evitar repetir la crisis sistémica se sabía ya en julio de 2008
Todo lo que iba a hacerse a mundialmente para evitar la repetición de la crisis financiera internacional (crisis sub-prime) se sabía ya en julio de 2008. Lo curioso es que esa información no apareció en la prensa española hasta dos meses más tarde, ya metidos en la mayor crisis tras la del 28. Aunque en las declaraciones de personas entonces relevantes del sector como Emilio Botín (q.e.d) o Francisco González se notaba que habían leído el Informe final del Comité de Mejores Prácticas del Mercado del Institute of Internacional Finance (IIF), la gran patronal de las entidades financieras más importantes del mundo, con sede en Washington. BSCH , BBVA y la Caixa eran entonces los únicos miembros españoles. El IIF se creó en 1985 en plena crisis de la deuda de los países en vías de desarrollo (LDC) por iniciativa de mi admirado y bien conocido Jacques de Larosiere, por ser del 93 al 99 Presidente del Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo, BERD, en Londres, periodo en el que trabajé como Senior Banker.
La mañana del 9 de Mayo de 1982, un grupo de 38 banqueros y directivos de organismos multilateralesse reunieron por su iniciativa y bajo su dirección en la biblioteca de Ditchley Park, Oxfordshire, Inglaterra. De allí salió el IIF. Jacques de Larosiere era en entonces Director del FMI (78-87). Luego fue Gobernador del Banco de Francia (87-93).Pero lo que yo llamo reunión profética sucedió más tarde. En verano de 2008 estaba en Tramacastilla de Tena, ese precioso pueblo del Valle de Tena. Me llegó la invitación para asistir el 9 de Septiembre en Londres a un Open Program del IIF sobre el citado informe. Yo era miembro del IIF como Senior Advisor de Reiffeisen Zentralbank Österreich A.G, banco central de las Cajas Rurales Austríacas, entonces el mayor banco privado austríaco y la mayor entidad financiera del Centro y Este de Europa. Bajé en coche a Zaragoza y a las 22.00 volé con Ryanair a Londres. A la 1.00 estaba en un hotel de la City. Al día siguiente, a las 9.00, estaba en el auditorio de Standard Chartered Bank, con más de 200 asistentes.
Para mi sorpresa, yo era el único español, a excepción de uno de los intervinientes en la sesión, José Manuel González-Páramo, entonces miembro del Consejo Ejecutivo del BCE. Era la tercera vez que nos veíamos en dos meses, en diferentes foros. Objetivo: presentación y discusión del informe para no repetir los hechos ocurridos hasta entonces. Las 8 horas de la reunión dieron información suficiente de una crisis financiera que había empezado, pero todavía no explotado. Iba a hacerlo las semanas siguientes. Solo con escuchar a los participantes, el diálogo entre ellos, daba pistas para saber lo que iba a pasar, y pronto. Allí estaban el máximo directivo de la Asociación Británica de Bancos, Ángela Kingt; de S & P’s, Clifford Gripe; dirigentes del Banco de la Reserva Federal deNueva York, Mr. Dryden, de la Financial Service Authority (FSA) del Reino Unido, Mr.Peters y de la Autorite des Marches Financiers (AMF) de Francia, además de González-Páramo.
Tras la presentación por el Royal Bank of Scotland (RBS, el mayor banco británico) sobre la dirección de la liquidez de un banco global, hubo un dialogo terrible. “¿Qué es eso de un banco global?” dice Mr. Peters, de la RF. “No creo en ese concepto. Hay bancos con filiales en diversos países, pero no bancos globales. ¿Por qué un banco con sede en Londres o Nueva York ha de ayudar a la liquidez de una filial en Sudáfrica, España o Japón?”. Eso no era off-the-record. Era poner sobre la mesa la actitud de fondo de los reguladores antes de lo que hasta esa fecha había pasado. Pero la conversación, medio sarcástica, se volvió peor: Mr. Peters pregunta a Mr. Dryden (FSA): “Oye John-Paul, ¿qué “banco global” va a caer primero; supongo que el HSBC?”. “No, Brian.”, contesta, “Será el CITI”. Esto entre risas de ellos. Un silencio sepulcral llenó la sala. Pensé: van a dejar caer un gran banco en no mucho tiempo. A la semana siguiente caía Lehman Brothers. Dos meses más tarde, el 70% del RBS pasó a manos del Gobierno de Reino Unido; y el CITI lo controló el Tesoro de EE UU tras enormes inyecciones de fondos y pérdidas en bolsa ampliamente mayores que lo inyectado; el HSBC tuvo enormes pérdidas que debió provisionar, etc
.Lo curioso de todo es que los consejos del informe (de 159 páginas) publicados en julio del 2008, tras un año de Grupos de Trabajo con altos ejecutivos especialistas de las más importantes entidades financieras del mundo, se estaban ya empezando a implementar tanto en ellas, como en Bancos Centrales, reguladores, supervisores y las agencias de rating. Los grupos fueron: 1) Dirección del Riesgo y estándares de aseguramiento de créditos; 2) Conduits y temas relacionados con el riesgo de liquidez; 3) Evaluación; 4) Ratings y 5) Transparencia y revelación de información. Esos consejos fueron el núcleo de lo discutido y declarado en la reunión que siguió del G-20 en Washington y otras posteriores. Se creó un Market Monitoring Group (MMG) dentro del IIF para ayudar a su implementación y vigilar su cumplimiento en todo el sector, informando al Consejo del IIF e intercomunicando con similares grupos de acción del Sector Oficial. Pero todo lleva su tiempo.
¿Ha sido eficaz ese trabajo a nivel nacional y global? Se ha escrito y hablado mucho últimamente sobre la crisis del sector financiero y su situación actual. Seguro que el lector tiene su propia opinión. Como la tengo yo. Vamos a ver si me animo a escribirla. El tiempo lo dirá.
Joaquín Abós es consejero de International Banking & Business