La secuela del salario del CEO de Disney supera a la serie original
El consejo ha reducido los pagos a Bob Iger en 13,5 millones anuales
La secuela sobre el salario del consejero delegado de Walt Disney supera a la serie original. Esto es así porque se necesitó una revuelta de los accionistas para persuadir al consejo para que metiera en el cajón unos 13 millones de dólares adicionales al año con la compensación del jefe Bob Iger.
Hace un año, en una votación no vinculante, el 52% de los inversores rechazaron los casi 48,5 millones de dólares que los consejeros de la compañía de entretenimiento fijaron como objetivo superior anual para lo que podría ganar Iger.
Esos millones solo se iban a pagar una vez se cerrara el acuerdo por 71.000 millones de dólares por los activos de entretenimiento e internacionales de Twenty-First Century Fox, algo que aún no ha sucedido.
El lunes, tres días antes de la junta anual de accionistas de la compañía de mañana jueves, Disney redujo el salario, bonus e incentivo a largo plazo de Iger en 13,5 millones anuales, hasta el final de su contrato, en 2021.
Es lo que hay que hacer. Es una parte normal del trabajo de cualquier CEO evaluar las operaciones corporativas, y luego integrar cualquier adquisición tan hábilmente como sea posible.
Esto no debería ser una excusa para aumentar los sueldos, pues puede crear incentivos erróneos y llevar a decisiones de fusiones y adquisiciones deficientes.
La reducción difícilmente dejará a Iger en problemas. Su paquete de compensación total alcanzó la friolera de 65,6 millones de dólares el año pasado (en 2017 fueron 36 millones). Una parte de eso se debe al plan de incentivos que se le concedió cuando renovó su contrato hasta 2021. Garantizarse eso requiere al menos alcanzar una serie de objetivos, aunque el consejo también los ha retorcido.
Dada la complejidad de las fórmulas de pago a los CEO, no es de extrañar que los aumentos obviamente indignantes provoquen la ira de la mayoría de los inversores. En eso, al menos, los accionistas de Disney deberían estar tranquilos.
Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías