Visiones de Navarra desde sus históricos caminos de hierro
La región suma más de 120 kilómetros de vías verdes
Discurren por montañas, parques naturales, litorales y riberas. Las vías verdes, senderos que recorren antiguos trazados ferroviarios, ofrecen una forma diferente de adentrarse, sentir y disfrutar de paisajes naturales y de la cultura de una región. Muchas han sido transformadas para recorrerlas a pie, a caballo o en bicicleta.
La que sigue es una propuesta para adentrarse en las cinco vías verdes repartidas por Navarra, que suman más de 120 kilómetros: en los Pirineos, en la Navarra media o en la Ribera interior; en plena montaña, en zona de extensas huertas y viñedos o junto a ríos.
Recorrerlas es una forma diferente de descubrir, cada cual a su ritmo, lugares recónditos, pueblos, paisajes, puentes y viaductos que en otra época solamente se apreciaban desde la ventanilla de los trenes que recorrían la región.
El tren ‘txikito’
Esta vía nació en 1898 para comunicar Irún con las minas de Endarlatsa, en Navarra. El trazado recupera parte del recorrido del llamado tren txikito, que circuló entre Elizondo e Irún hasta 1956. Hoy, la vía verde del Bidasoa ofrece paseos inolvidables entre exuberantes bosques atlánticos y pueblos de gran belleza junto al río Bidasoa, el compañero de este viaje que une y da nombre a toda la comarca y evoca el paso fronterizo entre Irún y Francia.
Santuario natural
Los valles de Larraun y de Leitzaran son un auténtico santuario natural. Entre sus laderas de hayas y robles, un pequeño ferrocarril de vía estrecha, el Plazaola, hacía el camino entre Pamplona y San Sebastián hasta mediados del siglo XX. En la actualidad, su espectacular trazado cuenta con estaciones rehabilitadas y varios túneles –entre ellos el de Uitzi, el más largo de las vías verdes de Europa, con 2,7 km–. Además, los proyectos de prolongación hacia Pamplona y su futura conexión con la vía verde del Bidasoa lo convierten en un trayecto excepcional. La vía verde del Plazaola se extiende 54 kilómetros, 32 en Navarra y 22 en Guipúzcoa.
La Foz de Lumbier
Este sendero recorre un tramo del tren de vía estrecha que unía Pamplona con Sangüesa. Son poco más de 6 kilómetros, desde Lumbier a Liédena, de barrancos calizos, paredes de vértigo y el eco del apagado traqueteo del primer tren eléctrico de pasajeros de España, el Irati, a su paso por la reserva natural de la Foz de Lumbier, uno de los lugares más bellos de la geografía navarra. Es un regalo para los sentidos que conviene disfrutar sin prisas. Su singularidad es que los 1,3 kilómetros de longitud pueden recorrerse por la vía que discurre cerca del río y al pie de los acantilados que anuncian las estribaciones del Pirineo oriental navarro. Se trabaja para recuperar los casi 50 kilómetros del trazado original.
El ‘trenico’
El camino natural del Ferrocarril Vasco-Navarro revive la huella del trenico, que entre 1927 y 1967 unió Estella-Lizarra con Mekolalde, en Gipuzkoa, pasando por Vitoria. El tramo navarro, de 29 kilómetros, parte de la antigua estación de ferrocarril, hoy estación de autobuses, y discurre por los municipios de la ribera del río Ega, para continuar por tierras de Álava y Guipúzcoa. A su paso, aparece un rico patrimonio cultural y ferroviario, como el viaducto de Arquijas o el túnel de Acedo (de 1,4 km), que permite conocer Tierra Estella de una manera diferente. Los 123 kilómetros de la vía verde del Ferrocarril Vasco-Navarro la convierten en una de las más largas del entramado de toda España. Recientemente, ha recibido la certificación de Sendero Startlight 2019.
Del Ebro al Moncayo
El camino verde del Tarazonica se inicia en Tudela y discurre a lo largo de 22 kilómetros por un paraje de formas suaves y amables, hasta la localidad de Tarazona (Aragón), el punto final del recorrido. Fue en 1885 cuando comenzó a funcionar este modesto ferrocarril de vía estrecha. En 1953 se ensancharon los raíles para mejorar su servicio, pero tras unos años de decadencia, la línea cerró definitivamente en 1972. El trayecto, que no entraña ninguna dificultad, está perfectamente acondicionado y señalizado para peatones y ciclistas. A lo largo de la excursión va apareciendo un paisaje de suaves pendientes dominado por las fértiles tierras del río Queiles, las vegas dedicadas a cultivos de regadío y el somontano del Moncayo.
De norte a sur
Conexión. Ederbidea es un proyecto transfronterizo entre Navarra, Gipuzkoa y los Pirineos Atlánticos. Su objetivo es potenciar el uso de la bicicleta a nivel turístico y de ocio, también en los desplazamientos cotidianos. Es un proyecto de movilidad que permitirá, en el año 2020, conectar las vías verdes del Bidasoa y Plazaola y avanzar en el desarrollo de Eurovelo 1 en Navarra, una ruta ciclista de nada menos que 8.186 kilómetros, que conecta Cabo Norte (Noruega) con Sagrès (Portugal) y que, a su paso por España, recorrerá un tramo importante de Navarra, donde unirá vías verdes con el Camino de Santiago francés.