Fridman se reserva una eventual bula para revocar su opa por Dia
Letterone podría invocar un artículo de la norma de opas si el grupo entra en concurso. Se abriría una batalla legal con el supervisor
La operación de salvamento de Dia está llamada a constituir varios hitos en la historia de las finanzas españolas. Puede ser la primera opa de la historia sobre una empresa en concurso de acreedores. El inversor ruso Mijail Fridman, a través de su fondo Letterone, lanzó una oferta por la cadena de supermercados, pero condicionada a que los accionistas rechazasen la ampliación de capital de 600 millones que la compañía ha propuesto a la junta. La cúpula afirma que es la única forma de evitar un concurso de acreedores tras entrar en causa de disolución en diciembre.
Tanto los representantes del fondo luxemburgués como los bancos y la empresa intensifican las negociaciones para llegar a un pacto antes de la junta de accionistas, que se celebrará el 20 de marzo. Letterone ha pedido una refinanciación de la deuda que le permita poner en marcha su plan de negocio y la banca requiere una inyección de capital inmediata, que rechaza el fondo al menos hasta controlar la compañía. Stephan DuCharme, el managing director de Letterone, aseguró la semana pasada en una entrevista con CincoDías que asumían el riesgo de que la empresa entrase en concurso.
Sin embargo, este inversor se reserva un as bajo la manga, según indican fuentes financieras. El artículo 33 de la normativa de opas establece que un inversor puede retirar su oferta voluntaria "cuando por circunstancias excepcionales ajenas a la voluntad del oferente, la oferta no pueda realizarse o resulte manifiesta su inviabilidad", como puede ser un concurso de acreedores. Fridman para ello debería contar con el visto bueno de la CNMV.
La batalla se prevé compleja. Asesorado por Pérez-Llorca, el magnate ruso puede aducir que la situación de la compañía era peor de la esperada y que, cuando anunció la opa, la compañía tenía un compromiso de la banca que le garantizaba la supervivencia al menos hasta el 31 de mayo.
No obstante, no parece que la delicada situación financiera de Dia fuese una sorpresa para nadie cuando el 5 de febrero Letterone anunció la opa. La compañía ya había admitido más de un mes antes que se encontraba en causa de disolución, y el primer accionista seguía en el consejo cuando se destaparon las primera irregularidades contables que han arrastrado a la empresa a unas pérdidas de 350 millones. Apenas unos días después de la opa, Dia presentó sus cuentas de 2018 y Letterone ha repetido que son peores de lo esperado. Un argumento con el que puede sostener su reclamación ante la CNMV.
Un no del regulador complicará la inversión de Fridman en Dia, cuando ya da por perdidos 700 millones en minusvalías latentes. Las fuentes consultadas indican que, ante un eventual concurso de acreedores, Fridman tiene todas las de perder. La opa seguiría su curso, el inversor ruso se vería obligado a comprar las acciones de los minoritarios a 0,67 euros y después su participación se quedaría completamente diluida en caso de que los bancos y los bonistas accedan a convalidad su deuda por acciones.