Chanel estaría en el mercado... si fuera una empresa normal
La muerte de Karl Lagerfeld es motivo para la reflexión, pero la historia de la marca explica que no esté en venta
Coco Chanel decía que “la moda pasa, el estilo permanece”. Los hermanos multimillonarios franceses dueños de Chanel sin duda repetirán esas palabras en su mente mientras se llora la muerte de Karl Lagerfeld. El emblemático diseñador tenía 85 años. Una empresa normal podría aprovechar la ocasión para vender el negocio cuando aún es codiciado. Pero eso parece muy lejano.
Chanel es el último bombón de la moda mundial. Vende cerca de 10.000 millones de dólares anuales en perfumes, ropa y maquillaje, y crece a un ritmo del 10%. En torno al múltiplo de ventas de su rival LVMH, una compra de Chanel costaría más de 40.000 millones. El jefe de LVMH, Bernard Arnault, que tiene potencia suficiente para financiar una compra así, se dio una prisa notable ayer en dar sus condolencias por Lagerfeld.
Aunque la posibilidad de una fusión ha cautivado a una generación de banqueros de inversión parisinos, la música es inequívoca. “Somos increíblemente sólidos financieramente y podemos mantener nuestra condición de empresa independiente durante los próximos siglos”, dijo el jefe financiero de Chanel en junio. Por supuesto, el fallecimiento de Lagerfeld es un momento de reflexión. Pero la historia ayuda a interpretar a la marca.
Es en la fundadora en quien suelen pensar los clientes cuando se ponen Chanel Nº 5. Pero sin la familia Wertheimer, la marca podría estar en el olvido. En 1924, Chanel contrató a Pierre Wertheimer, abuelo de los actuales dueños, Alain y Gérard, para crear una empresa controlada por él, y fabricar y vender perfumes Chanel.
Fue un éxito rotundo. Chanel trató de retomar el negocio en 1941, utilizando su condición de aria para solicitar la confiscación bajo el Tercer Reich. Pero el judío Wertheimer ya había transferido el control a un francés cristiano que colaboraba y vendía armas a los nazis. Tras la guerra, devolvió Chanel a Wertheimer. Los hermanos tienen unos 70 años, pero tienen tiempo –y fortaleza genealógica– para dejar que la adjunta de Lagerfeld, Virginie Viard recoja sus tijeras y demuestre que el estilo perdura aunque la moda pase.
Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías