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La batalla comercial y la volatilidad del Brent ponen en jaque a las pequeñas aerolíneas

La caída de Flybmi suecede a las de Germania, Azur, Primera o VLM

Un avión de Flybmi, entre aparatos de Lufthansa y British Airways, el pasado mes de enero en el aeropuerto de Munich.
Un avión de Flybmi, entre aparatos de Lufthansa y British Airways, el pasado mes de enero en el aeropuerto de Munich.Reuters (REUTERS)
Javier Fernández Magariño

La quiebra de la británica Flybmi, noticia del domingo, es el enésimo síntoma de dificultades para el transporte aéreo en Europa. El antecedente de esta firma, BMI, llegó a figurar entre las tres mayores referencias del aeropuerto londinense de Heathrow. Una vez segregados sus slots en la principal plaza europea, que fueron a manos de IAG en 2011, BMI Regional (luego Flybmi) ha languidecido en aeropuertos de segunda, y se tramita ahora su liquidación con 376 empleados y 17 aviones.

La nueva víctima acusa a la UE de dejar a las compañías aéreas al margen del comercio de emisiones de gases contaminantes. Una circunstancia a la que se suman la incertidumbre generada por el Brexit, el recrudecimiento de la batalla de precios, y el alza en el coste del combustible durante buena parte de 2018. La destrucción de pequeñas aerolíneas, con su agresivo modelo de negocio sometido a alta presión, se ha visto acelerada en los últimos cinco meses.

Antes de que entrara en barrena esta empresa, con medio millón de pasajeros anuales, han caído media docena de referencias: Primera, con presencia esencialmente en Reino Unido y España; las alemanas Azur, Small Planet y Germania; la suiza Sky Works; la chipriota Cobalt; la británica Cello, y la belga VLM.

El duro invierno también ha estresado a las grandes del low cost. Norwegian está cerrando bases y ampliando capital a bajo precio. La noruega busca 3.000 millones de coronas (unos 308 millones de euros) para fortalecer su estructura financiera.

Desconfianza en la Bolsa

El hundimiento de Flybmi tuvo ayer reflejo negativo entre las aerolíneas cotizadas. IAG lideró las pérdidas en el Ibex 35, con un 2,14% (7,41 euros por título al cierre de la jornada). Lufthansa se dejó un 1,34%; Ryanair bajó un 0,55%, y los títulos de Air France KLM se depreciaron un 0,44%. Easyjet fue la excepción entre las grandes, con un avance del 0,31%.

Norwegian, en picado. La aerolínea noruega ampliará capial con un descuento del 60% respecto a su baja cotización actual. La acción volvió a dejarse ayer un 4,28%, estableciendo un nuevo mínimo en 83 coronas. La empresa que estuvo en el radar de IAG llegó a valer 320 coronas por título en abril del año pasado.

Ryanair, por su parte, ha pasado de ganar 106 millones en el cuarto trimestre de 2017 a perder 19,6 millones en el último cuarto de 2018. El líder del low cost europeo atribuyó las pérdidas a un descenso del 6% en los precios de los billetes ante el exceso de capacidad. A corto plazo, Michael O’Leary y los suyos tienen en sus presupuestos la continuidad en la guerra de precios.

En este difícil contexto, atraviesa máximas dificultades la británica Flybe (78 aviones), sobre la que hay una oferta de compra de un consorcio liderado por Virgin, y está sufriendo la islandesa Wow.

La Asociación de Transporte Aéreo Internacional (Iata) ha revestido de cautela sus previsiones para 2019: espera ganancias netas por 35.500 millones de dólares para el sector aéreo (7.400 millones de dólares en Europa), frente a los 32.300 de 2018. El problema reside en unas altas coberturas sobre el precio del combustible, ante la escalada de 2018, que retrasan el impacto positivo de cualquier bajada en el presente.

Las altas coberturas sobre el precio del combustible ralentizan el impacto de la esperada moderación del coste medio en 2019

El barril de Brent rozó los 55 dólares de media en 2017, cifra que subió a 73 dólares en 2018 (la previsión de Iata era de 60 dólares), y que se prevé de 65 este año. Esta volatilidad, junto a la inestabilidad política y los conflictos en el control aéreo, complica la planificación.

Con todo ello, el empeño de aumentar capacidad para captar la creciente demanda mantendrá en jaque a las referencias más frágiles del sector durante meses.

Sobre la firma

Javier Fernández Magariño
Es redactor de infraestructuras, construcción y transportes en Cinco Días, donde escribe desde junio de 2000. Ha pasado por las secciones de Especiales, Cinco Sentidos, 5D y Compañías siguiendo la información de diversos sectores empresariales. Antes fue locutor de informativos en la Cadena Cope, además de colaborar en distintos medios de Madrid.

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