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Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Dos soluciones para Dia que deben dar continuidad al negocio

Una potencial guerra de ofertas sería el mejor escenario para los intereses de los accionistas minoritarios

Tras el mes de silencio transcurrido desde la retirada de sus representantes del consejo de administración de Dia, el fondo luxembrugués Letterone mostró ayer las cartas que baraja para tratar de hacerse con el control de la compañía. El vehículo inversor de Mijail Fridman, que es el primer accionista de la cadena, con un 29% de las acciones, anunció una OPA para adquirir el 71% restante, al precio de 0,67 euros por acción. La adquisición iría seguida de una ampliación de capital por 500 millones de euros condicionada, entre otros requisitos, a lograr un acuerdo con la banca acreedora y a que se cancele la ampliación de capital que el actual equipo gestor tiene prevista para antes de marzo.

La oferta que Letterone ha puesto sobre la mesa supone valorar Dia a un precio de saldo, algo más de 415 millones de euros, frente a los 2.321 millones en que esta se ponderaba cuando el fondo realizó sus últimas operaciones financieras para hacerse con el 29%, en octubre de 2018. Con la ley en la mano, Letterone no está obligado a pagar ni un euro más por tratarse de una oferta voluntaria, una circunstancia que le posibilita a ofrecer por las acciones de Dia un precio que resulta un 60% inferior al que pagó por sus adquisiciones. Si se dan las condiciones exigidas para lanzar la operación, Fridman se compromete a respaldar la ampliación de capital con la que se pretende dotar a la cadena de distribución de una estructura financiera a largo plazo y a poner en marcha un plan de salvamento y transformación que incluye también una renovación total del equipo gestor.

Entre las incógnitas que se abren a partir de ahora está la posibilidad de una contraopa por parte de la cúpula actual de Dia con el apoyo de la banca acreedora o de la entrada en escena de un tercer actor capaz de batallar por una empresa altamente endeudada y sumida en una grave crisis. La única exigencia para cualquiera de ellas es la continuidad de la empresa, de sus franquiciados y sus empleados. Esa potencial guerra de ofertas sería el mejor escenario para los intereses de unos accionistas minoritarios que de momento tienen ante sí dos posibles opciones de salvamento. Por un lado, la del actual equipo gestor, respaldado por la banca acreedora, y que supone suscribir la ampliación de capital prevista para antes de marzo, y por otro, la decisión de acudir a la oferta de adquisición de Letterone. Dado que la CNMV aún no se ha pronunciado sobre la operación y puede agotar los plazos para examinarla, no hay prisa para alinearse con una u otra solución. El mercado valoraba ayer la acción por encima del precio ofrecido por Fridman y abría también una tercera puerta a los inversores que deseen aprovechar para salir de la compañía.

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