La junta de Mibgas cesa a su presidente e impone una quita a su indemnización
La asamblea, que ha nombrado en su lugar a Raúl Yunta, abre una negociación
La junta extraordinaria de Mibgas, operador del mercado secundario del gas (hub), que se celebró ayer en Madrid, acordó la destitución de su presidente, Antonio Erias, y su relevo por Raúl Yunta, un experto del sector que ocupa actualmente la subdirección de gas de la CNMC y fue en su día director de Hidrocarburos de la antigua Comisión Nacional de la Energía (CNE).
Respecto al fuerte malestar provocado por el blindaje de Erias, al que le corresponderían por contrato de dos años de indemnización (1,2 millones de euros), cuando la compañía que preside, que entró en funcionamiento en 2015, ingresa 3,9 millones de euros anuales procedentes de la factura del gas, se ha abierto un periodo de negociación. De ello se ocupará el propio consejo que ahora presidirá Yunta.
Fuentes de los accionistas (una veintena) que asistieron ayer a la asamblea aseguran que a Erias se le ha propuesto una fuerte quita, más de la mitad de lo que pretenda, que superan el millón y medio de euros, y, que de no aceptar, deberá reclamar en los tribunales.
El hub de gas, con una estructura mínima de unas pocas decenas de personas en plantilla, apenas negocia un 10% de las operaciones del mercado. Según fija la Ley de Hidrocarburos, en su accionariado participan el operador del mercado eléctrico, Omie (33%), además de Enagás y el operador portugués (RENgas), hasta un 63% entre los tres. El resto lo integran 13 empresas energéticas, que no pueden tener más de un 3% y otros inversores (con un máximo del 5%.
El relevo del exdiputado popular, al que se atribuye una estrecha relación con Mariano Rajoy y, en su día, con Manuel Fraga, lo ha propiciado el propio Gobierno que, en línea con la CNMC, se niega a que la indemnización de Erias (exdiputado del PP por La Coruña) la paguen los consumidores en los peajes. Tampoco los accionistas privados están dispuestos a sufragarlala vía ampliación de capital, alegando que ellos no le nombraron y están en minoría.
De no aceptar “la fuerte quita”, Antonio Erias deberá iniciar un litigio en los tribunales, que se augura largo, varios años. Además, según fuentes jurídicas, no las tiene todas consigo pues “reclamar una cantidad equivalente a casi la mitad de los ingresos, regulados por otra parte, de la compañía podría considerarse administración desleal”.
También podrían verse implicados quienes, en su día, le firmaron el contrato, esto es, los responsables de Omie, Enagás y del entonces ministro de Energía, Álvaro Nadal. Todo ello hace que las partes se decanten por una negociación que ponga punto y final al culebrón.
El sustituto, Raúl Yunta, con un perfil técnico y que ha sido designado a propuesta del Gobierno, cobrará bastante menos que el presidente saliente (algunas fuentes cifran su retribución en unos 200.000 euros anuales) y su indemnización queda fijada en un año.
Unas sociedades extrañas
Al igual que ocurre con el operador del mercado eléctrico, Omie, el del gas, Mibgas (ambos con sus polos homólogos Portugual en el marco del mercado ibérico de la energía), son sociedades con una naturaleza poco ortodoxa.
Aunque se trata de empresas privadas (menos en el caso de Mibgas, donde tienen mayoría Omie y Enagás) el nombramiento del presidente debe recibir el visto bueno del Gobierno.
Las empresas del sector, que tienen participaciones reducidas y limitadas, participan en su capital por mantener un cero control, han criticado que una cosa es dar el visto bueno al presidente y otronombrarlo directamente.