Europa critica la opacidad de los depósitos estructurados para el pequeño inversor
Solo dos países ofrecen datos de rentabilidades de estos productos
Los depósitos estructurados se pusieron de moda en España cuando el precio del dinero se desplomó. El tipo de intervención de corto plazo del Banco Central Europeo (BCE) se situó en el 0,25% en noviembre de 2013, y algo más de dos años después, en febrero de 2016, justo antes de que los tipos cayeran al 0%, el euríbor a 12 meses –el índice más utilizado en España para fijar el precio de las hipotecas a tipo variable– se situaba en negativo.
La rentabilidad media de las imposiciones a plazo fijo hasta un año alcanzó en octubre de 2008 un máximo en el 5,041%, según el Banco de España. A finales de 2013, tras las reiteradas bajadas de los tipos en la zona euro por parte de Mario Draghi, las entidades financieras pusieron en marcha una maquinaria para atraer el dinero más conservador.
El tipo medio de los depósitos cayó a menos del 1% en junio de 2014. Entonces se recrudeció la batalla de los estructurados con Bankinter como punta de lanza, seguido de Santander, BBVA y CaixaBank. La Autoridad Bancaria Europea (EBA, por sus siglas en inglés) publicó el pasado 10 de enero un informe que trata de dar información sobre este producto. Y la primera noticia, en realidad es un secreto a voces, es que los depósitos estructurados son tan opacos que apenas han podido recabar datos. Ni sobre el tamaño real del mercado ni sobre su rentabilidad ni sobre nada en general.
“Los datos sobre depósitos estructurados de los 28 mercados de la UE son difíciles de obtener, lo que es un reflejo de las características específicas de estos productos (...). Como resultado, son, en general, no solo menos líquidos, sino también menos transparentes que otros instrumentos financieros. Por ejemplo, no hay información pública sobre el precio de los depósitos estructurados, como existe con otros instrumentos similares que cotizan en el mercado secundario”, sentencia el informe, que puede consultarse en la edición online de CincoDías.
Los bajos tipos de las imposiciones clásicas a plazo fijo incentivan este tipo de artículos financieros
Los datos de rentabilidad que ha obtenido la EBA son escasos y poco representativos, puesto que solo Luxemburgo y Portugal se los han remitido. Las rentabilidades halladas se sitúan entre el 3,5% del mejor y el 0% del peor. Pero la media está en el 1,16%. EBA analiza los productos en los que no se puede perder dinero.
El supervisor destaca que no existen directrices unificadas sobre estos artículos financieros, de ahí que haya tan poca información. La buena noticia es que la entrada en vigor en 2018 de Mifid 2 y del reglamento sobre los datos que deben incluir los productos financieros vinculados –los contratos por diferencias (CFD), los depósitos estructurados, las opciones, los futuros y los warrants– ha añadido transparencia a este producto. Aun así, no se obliga a dar información sobre su rentabilidad pasada.
Las entidades ni siquiera tienen que informar a los supervisores correspondientes del importe o el rendimiento, aunque sí tengan que revelar el coste del producto y las comisiones a cada uno de los potenciales compradores.
El supervisor bancario sopesa requerir más información
Falta de transparencia. La EBA lamenta la dificultad de elaborar un informe realmente útil con los datos que cuenta y, por tanto, valorará la posibilidad de solicitar información sobre los depósitos estructurados a las entidades financieras de la UE.
Las últimas ofertas. Bankinter dispone de dos depósitos estructurados para particulares desde 1.000 euros en plena comercialización. Uno de ellos, ligado al euríbor, ofrece 0% y el 0,2% anual y vence en enero de 2020. El otro, vinculado a las acciones de Repsol y BBVA, pagará como máximo un 0,33% anual y expirará en julio de 2020. En ambos, el banco solo garantiza el capital si se espera al vencimiento.