El cierre parcial del Gobierno de EE UU cuesta 3.100 millones de euros
S&P Global estima que si el cierre continúa otras dos semanas, el coste podría superar los 4.900 millones de euros
El cierre parcial del Gobierno del presidente estadounidense, Donald Trump, ha entrado este sábado en su vigésimo segundo día, convirtiéndose en el cierre más largo en la historia de Estados Unidos.
El récord anterior se remonta a la Administración del expresidente Bill Clinton, cuyo cierre del Gobierno duró 21 días, desde diciembre de 1995 hasta enero de 1996.
El cierre parcial actual ha dejado sin trabajo a más de 800.000 trabajadores públicos de forma temporal y le ha costado a la economía del país norteamericano más de 3.600 millones de dólares (alrededor de 3.100 millones de euros), según cálculos de la agencia de calificación crediticia S&P Global.
La firma ha estimado que si el cierre continúa otras dos semanas, el coste podría superar los 5.700 millones de dólares (unos 4.900 millones de euros) que la Casa Blanca quiere conseguir de forma extraordinaria para financiar la construcción del muro entre Estados Unidos y México.
El impacto de un cierre federal de este tipo tiene tanto consecuencias directas como indirectas. Por un lado, según enumera la firma, se encuentran los costes económicos relacionados con la pérdida de visitantes por el cierre de parques nacionales o museos. No obstante, también hay que tener en cuenta el coste de aquellas empresas que tienen contratos con la Administración pública.
El mandatario estadounidense ha señalado que esperará a ver la postura del Congreso sobre el cierre parcial de la Administración antes de declarar una emergencia nacional para lograr la financiación que quiere para construir el muro.
En respuesta, Nancy Pelosi --presidenta de la Cámara de Representantes-- ha destacado que es Trump el que debe dar el siguiente paso para poner fin al cierre parcial de la Administración. "Cuando el presidente actúe, nosotros responderemos a lo que haga", ha subrayado.
Trump amenazó la semana pasada a los líderes de ambos partidos en el Congreso con mantener cerrado el Gobierno "meses o años" hasta que los críticos cedan, aunque planteó como alternativa que podría usar sus poderes ejecutivos para declarar la "emergencia nacional" en la frontera, lo que le permitiría conseguir el dinero burlando a los legisladores.