¿Qué ocurrirá con el precio del petróleo en 2019?
Solo un aumento brusco de los tipos o más tensión geopolítica haría que volviese a subir con fuerza
El petróleo es la principal fuente de energía a nivel mundial desde los años sesenta, cuando superó al carbón y seguirá teniendo un papel clave en la próxima década a pesar de los esfuerzos por conseguir una economía menos contaminante. Por su gran importancia, se hay un elevado número de análisis sobre la evolución de su precio y muchas veces se llega a pronósticos equivocados.
El barril Brent fluctuó entre 100 y 135 dólares entre 2011 y mediados de 2014, y las economías avanzadas resistieron ese precio tan elevado a pesar de los augurios de una nueva recesión global. El aumento de la oferta fue el motivo principal que hizo que el precio cayera hasta los 30 dólares a comienzos de 2016. En ese escenario los países exportadores, aunque con dificultades, lograron mantener a flote sus economías tan dependientes de las divisas que les aporta esta materia prima.
Cuando el precio del petróleo estaba a 30 dólares muchos analistas encontraron motivos para que continuase bajando, pero se dio la vuelta. Desde entonces el precio del petróleo ha ido subiendo progresivamente hasta los 85 dólares el pasado octubre, y en aquel momento casi todos apuntaban que la tendencia seguiría siendo alcista. Por ejemplo, cuando las tensiones entre Estados Unidos e Irán parecían insalvables los expertos de Trafigura y Mercuria pronosticaron hace pocos meses un precio de 100 dólares por barril a comienzos de 2019 y empezamos el año en cerca de la mitad de esa cifra. Como si quisiera llevar la contraria al consenso de los analistas, en los dos últimos meses el precio ha experimentado una intensa caída hasta llegar a los 50 dólares por barril. Debido a esta caída, y como ya pasó alrededor de 2015, hay quienes apuntan a una inminente recesión, que la mayoría de los indicadores no recoge en la actualidad. Si bien es cierto que un precio del petróleo bajo puede ser un signo de una demanda escasa, también se puede deber a una sobreoferta debida tanto al petróleo no convencional como a la fragilidad de la OPEP, evidenciada con la salida de Qatar anunciada hace unas semanas.
Cuando nos planteamos cuál será el precio del petróleo en el corto plazo no conviene pensar en una caída brusca en la demanda ya que solo puede darse por dos factores: un auge muy rápido de los vehículos eléctricos o el inicio de una crisis económica severa.
Los vehículos eléctricos están aquí para quedarse, pero a pesar de lo mediáticos que son, tan solo suponen el 6% de las matriculaciones incluyendo híbridos. Además, cada año solo se reponen alrededor de uno de cada veinte turismos en un país como España. Por lo tanto, en el futuro próximo la caída de la demanda por el aumento de vehículos eléctricos seguirá siendo reducida no solo en España sino en el conjunto de economías desarrolladas.
El otro factor que podría provocar una contracción de la demanda de crudo es una fuerte crisis. Actualmente no hay nada que haga pronosticar el inicio de una recesión en los países desarrollados durante 2019. Aunque la tasa de crecimiento cercana al 2% en la OCDE se pueda resentir por la incertidumbre del Brexit, no parece probable que el efecto vaya a ser lo suficientemente intenso como para provocar una recesión rápida en 2019.
Lo que sí podría afectar al precio del petróleo en los próximos meses es la oferta de crudo.Actualmente Estados Unidos es el primer productor de hidrocarburos gracias al petróleo de esquisto, pero hay voces crecientes que alertan de lo sobreendeudadas que están las compañías de fracking y cómo las subidas de tipos de interés recientes y las anunciadas podrían poner en jaque a todo el sector. Si la oferta de crudo disminuyera, el precio podría aumentar no solo por un efecto directo, sino que además la OPEP pasaría de nuevo a tener un papel dominante en la producción y con ello en la fijación del precio de esta materia prima.
Ahora que el precio del petróleo cae con fuerza abundan los análisis que pronostican caídas hasta llegar a menos de 30 dólares el barril, mientras que otros se aferran a la idea de que se corrijan parte de las recientes caídas y se retorne a un precio cercano a 65 dólares. Unos y otros aducirán diferentes razones para sostener su análisis y solo el tiempo dará la razón a la mitad de ellos. Lo que podemos saber es que la demanda no será el factor clave que haga variar el precio del petróleo, sino que la oferta será el factor determinante.
Mientras las compañías de fracking puedan hacer frente a sus niveles de deuda y no haya tensión geopolítica importante el precio del petróleo se mantendrá en niveles bajos y no hay nada que impida que la caída de las últimas semanas se prolongue hasta alcanzar los 30 dólares. Solo un aumento de tipos de interés demasiado rápido o un aumento de las tensiones en Oriente Medio harían que el petróleo volviera a subir con fuerza. Por suerte para la economía española 2019 se presenta tranquilo y con un petróleo a precios moderados que seguirá impulsando el turismo y disminuyendo la factura de nuestras importaciones.
Juan Luis Santos es Profesor en la Universidad CEU San Pablo, investigador en el IAES y en el Grupo Sistemas Complejos en Ciencias Sociales de la Universidad de Alcalá