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Editorial
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

La selección de los fondos para invertir es más necesaria que nunca

Las ganancias serán más modestas si vuelven al mercado, pero preservarán mejor el valor si persiste el tono bajista

CINCO DÍAS

El año que está a punto de terminar no ha sido nada bueno para los inversores financieros, independientemente de en qué tipo de activos hubiesen depositado su confianza. Prácticamente todos ellos han registrado pérdidas, con muy contadísimas excepciones de los bonos de alto riesgo corporativos, o las apuestas por fondos tecnológicos o de empresas del negocio de la salud. Los 700.000 partícipes que tienen su dinero en los fondos de inversión españoles saben que este ha sido un año para olvidar, aunque las condiciones macroeconómicas pintaban bien en el arranque del año, y salvo las expectativas de los costes de financiación, todas las variables siguen siendo favorables. Y han sido precisamente las expectativas sobre la continuidad del crecimiento las que han minado el ánimo de los inversores y los han inclinado hacia las pérdidas. La guerra comercial, que aprieta y relaja constatemente, la posibilidad de un Brexit a la brava y sin acuerdo, y los riesgos que sobre la economía pueden tener los populismos en todo el mundo han sembrado las dudas sobre el futuro y la precaución ha podido más que el riesgo.

Apostar a que 2019 será un ejercicio diferente tiene sus riesgos, pese a que la profundidad de las pérdidas de este año haya sido muy intensa. Hay que recordar que este año que culmina registra un desempeño mucho más negativo que 2008, cuando el derrumbre de Lehman Brothers arrastró a los mercados de renta variable de todo el mundo, y a una muy buena proporción de las posiciones en deuda soberana y corporativa. Saber en qué momento el ciclo de ajuste de los mercados financierios ha tocado fondo es muy complicado, entre otras cuestiones porque el ciclo de actividad mantiene su firmeza, aunque haya perdido intensidad. La inminencia de una recesión acapara pocas certezas, teniendo en cuenta que incluso en EE UU, donde el ciclo tienen mayor grado de madurez, la autoridad monetaria tiene previsto mantener nuevas subidas del precio del dinero en 2019 (al menos dos más) por la fortaleza del crecimiento.

En todo caso, las señales enviadas por los mercados no deben ser ni despreciadas ni malinterpretadas. Algo se cuece en la sala de máquinas para que las Bolsas europeas pierdan más del 10% y la anorteamericana haya perdido más del 5% pese a la fuerte inyección fiscal del gobierno de Trump. En tal situación, la selección de los fondos en los que alojar el dinero tiene que ser muy cuidadosa, concentrándose en aquellos con carteras anticíclicas, así como las que contengan valores, de renta variable o fija, de elevada solvencia. Las ganancias serán más modestas si vuelven al mercado; pero preservarán mejor el valor si persiste el tono bajista.

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