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Iberia podría dejar de volar dentro de la UE tras un Brexit sin acuerdo

Los permisos excepcionales que otorgará la UE a aerolíneas británicas se limitarán a vuelos directos entre una ciudad del Reino Unido y un aeropuerto comunitario

CINCO DÍAS

La Comisión Europea presentó este miércoles una nueva batería de planes de contingencia para sectores industriales específicos “temporal, limitado en su alcance y unilateral”, siguiendo los pasos dados por el Ejecutivo británico el pasado martes. El paquete comunitario consta de 14 medidas que afectan a sectores como los servicios financieros, el transporte aéreo, las aduanas y la política en materia de cambio climático, entre otros.

Para evitar los efectos de esa retirada brusca, Bruselas plantea extender de forma temporal durante 12 meses ciertas licencias para el transporte aéreo. Sin embargo, los permisos excepcionales que otorgará la UE tras el Brexit a aerolíneas británicas, y tan solo durante un año, se limitarán a vuelos directos entre una ciudad del Reino Unido y un aeropuerto de la UE, y dependen de que Londres adopte medidas equivalentes.

Fuentes comunitarias reiteraron que no se permitirán vuelos domésticos dentro de la UE o conexiones con escala en Europa a aerolíneas del Reino Unido, tal y como ya se había anunciado en enero. Por tanto, las aerolíneas Iberia y Vueling, que forman parte del grupo británico IAG, se enfrentan a la posibilidad de no poder volar dentro de España si finalmente la salida del Reino Unido de la Unión Europea se produce sin acuerdo.

El presidente de Iberia, Luis Gallego sigue apostando por el acuerdo entre la UE y Reino Unido para una salida ordenada de Gran Bretaña de las instituciones comunitarias, según señaló este martes.

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Bruselas recalcó que para mantener la validez de la licencia operativa y la libertad de proporcionar servicios aéreos dentro del club comunitario, las aerolíneas deben estar controladas por una empresa con sede en la UE. “Si las condiciones no se cumplen ya como consecuencia de la salida del Reino Unido de la UE, la licencia operativa no sería válida”, señaló, reiterando la comunicación hecha en enero pasado.

En medios próximos a IAG reconocieron que el plan de contingencia del sector aéreo no cubre los vuelos de dentro de la UE de empresas que pasen a estar bajo control extracomunitario por el Brexit, pero señalan que el grupo espera cumplir con la normativa de propiedad y control llegado el momento, incluso en caso de Brexit duro, para poder seguir operando con normalidad.

Fuentes de la propia IAG aseguraron ayer no estar preocupados por el anuncio, y explicaron que a la compañía le “complace que la UE haya dicho que los vuelos continuarán”.

IAG ha planteado al Ministerio de Fomento y a la Comisión Europea diferentes alternativas para ello, que fuentes oficiales del grupo declinan detallar. IAG puede empezar por defender la estructura de control de que se dotó con una filial intermedia española que sirve de holding en el caso de Iberia, por ejemplo. Pero además tiene la posibilidad de tomar medidas más drásticas, desde obligar a vender a accionistas no comunitarios hasta suspenderles sus derechos de voto.

Así, IAG ya cuenta en sus estatutos con medidas para garantizar la “europeidad” de la compañía.

El artículo 11 de los mismos pretende “garantizar que la propiedad y el control de la sociedad se mantiene de forma efectiva en manos de ciudadanos de la UE”, en la medida en que los derechos de explotación de IAG dependan de ello, y “contribuir a preservar el ejercicio de los derechos de tráfico” de Iberia y British Airways.

Así, los estatutos imponen cuatro registros de accionistas: uno de acciones nominativas; otro, de acciones británicas; uno más, de acciones españolas, y un cuarto libro registro de “Acciones no UE”. Si el consejo de administración considera que los derechos de IAG pueden peligrar, podrá tomar una serie de medidas, entre ellas fijar en el 40% el límite de acciones en manos de inversores de fuera de la UE. Además, IAG tiene un amplio margen para suspender los derechos políticos de las acciones de inversores de fuera de la UE, para exigir su venta e incluso para comprarlas al valor teórico contable o al de mercado.

En todo caso, en el peor de los escenarios, si no se adoptan medidas a tiempo, la hipotética suspensión de vuelos de dentro de la UE por el Brexit no sería inmediata. Conllevaría la apertura de un expediente por parte de las autoridades y se abriría un plazo para alegaciones o medidas de corrección antes de que este expediente se cerrara y tuviera efecto, añadieron fuentes cercanas a IAG, que señalan que el proceso podría demorarse meses o incluso más de un año. El hecho de que las primeras decisiones dependieran de las autoridades españolas también permitiría ganar algo de tiempo, según fuentes del sector.

Por otro lado, la UE ha advertido también de eventualidades inevitables en un Brexit duro: controles aduaneros y de pasaportes, retrasos en las cadenas de suministros, inspecciones sobre los movimientos de ganado y la pérdida por parte de los británicos del derecho a transportar sus mascotas en la UE.

En materia de servicios financieros, Bruselas garantiza prórrogas en varias materias sujetas a la reciprocidad por parte del Reino Unido.

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