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En colaboración conLa Ley
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Tuiteros con toga: así son los jueces estrella de la red

La nueva polémica del Supremo disparó los hilos críticos Muchos magistrados optan por preservar su anonimato

Getty Images

La ventana a la opinión pública que ofrece Twitter es un espacio al que cada vez más jueces y fiscales se asoman para expresarse y comentar cuestiones de diversa índole. Sobre todo, las que afectan a su profesión. Identificados con su nombre real –@salascarceller– o bajo seudónimo –@Lapelo, @ladycrocs, @JudgeTheZipper, @LaLupaJudicial, entre otros–, sus tuits sobre la situación de la justicia o resoluciones polémicas son leídos por miles de seguidores que, en muchos casos, no tienen ningún reparo en rebatir o criticar sus opiniones y comentarios.

Como en otros sectores, los jueces y fiscales más jóvenes son los más activos, ya que ven las redes sociales como una oportunidad para manifestarse en los debates públicos y divulgar su labor. Además, la presencia de magistrados en Twitter permite que los ciudadanos los humanicen, rompiendo el estereotipo de que son una casta que responde a no sé qué intereses ocultos y alejados de la gente de a pie.

La polémica decisión del Tribunal Supremo sobre el impuesto de las hipotecas fue muy comentada en muchos de sus hilos. De hecho, la querella que interpuso Podemos contra el presidente de la Sala Tercera, Luis María Díez-Picazo, utilizó alguna de esas afirmaciones, como la que decía que merecía “la crítica más enérgica”.

No todos fueron políticamente correctos. Por ejemplo, el magistrado Joaquim Bosch aseveró que el alto tribunal había actuado “con apariencia de apoyo a los intereses de los bancos”. Otros encontraron la ocasión para airear reivindicaciones corporativas. En su cuenta, Carlos Viader Castro escribía que todo “hubiese sido mucho menos sospechoso si los miembros del pleno del TS ocupasen su cargo solo por mérito y capacidad, y no por haber sido elegidos a dedo por un órgano político (CGPJ)”.

@bellia

“Hay que dejar de pensar en los jueces como señores mayores”. Bellia es el nick bajo el que tuitea esta jueza “indignada, independiente e inquieta”. La elección del seudónimo tiene que ver con un juego de palabras con su nombre. La imagen que le representa intenta transmitir “amabilidad y poco formalismo”. Decidió utilizar Twitter para divulgar cuestiones relativas a la carrera judicial y la situación de la justicia, aportando así su “granito de arena”. Siempre, aclara, desde una línea prudente en la que no caben “comentarios de carácter político o relativos a asuntos que se encuentren en enjuiciamiento o investigación”. Por su experiencia, mucha gente ajena al sector pregunta con interés por el funcionamiento de la justicia. Cree que sirve para que las personas dejen de pensar en la imagen de juez como un señor mayor, “cuando lo cierto es que más del 50% somos mujeres de cuarenta y tantos”.

@nandogerman

“Si sintiese la necesidad de crear una cuenta anónima, dejaría Twitter”. Nandogerman es un acrónimo del nombre compuesto de este fiscal, que no oculta ni su imagen ni su profesión. Su principal actividad en la red se centra en comentar temas jurídicos o de actualidad y compartir sus aficiones: fotografía y relatos breves, Como en la mayor parte de los perfiles de gente del sector, se subraya que las opiniones que ahí expresa son “estrictamente personales”. No cree que su posición institucional quede afectada por presentarse como fiscal al respetar siempre “los límites autoimpuestos que impiden que tal colisión de intereses pueda producirse”. Tampoco que se cuestione que jueces y fiscales den su opinión sobre temas jurídicos; al contrario, “se valora muy positivamente”. Los tuiteros, opina, llenan un poco el vacío que deja la insuficiente labor institucional en comunicación.

@ladycrocs

“Tras una resolución judicial hay una persona que siente y padece”. Esta jueza, cuyo alias muestra su fascinación por los cocodrilos, a la vez fuertes y delicados, tiene 23.000 seguidores en su cuenta. En Twitter escribe sobre la justicia y el autismo, trastorno que padece su hijo, con una finalidad divulgativa. Para ello, procura ser aséptica y utilizar un lenguaje accesible, “sin perder el rigor jurídico”. Desde su perfil acerca al gran público el día a día de un juzgado y la labor del juez, que “es una persona con las mismas inquietudes, miedos y anhelos que cualquier otro”. Además, intenta ofrecer una visión divertida de instituciones jurídicas complejas. Por otro lado, Twitter le parece un medio perfecto para poder conocer la incidencia de las resoluciones en el parecer de la gente a las que afecta. A veces cuelga algo más lúdico, relacionado con sus dos pasiones: el chocolate y correr.

En muchas ocasiones, los jueces tuiteros entran para serenar el debate sobre resoluciones polémicas, como la sentencia del caso de La Manada. En uno de sus hilos, @JudgeTheZipper, que tiene más de 18.000 seguidores, comentaba: “Cada vez que alguien dice ‘sentencia de La Manada’ sin haberla leído, muere un gatito”.

Libertad de expresión

A pesar de haber protagonizado polémicas sonadas por opinar sobre temas delicados como la violencia de género, los jueces y fiscales tuiteros siguen en la red. No renuncian a su libertad de expresión. Así lo manifestaba el magistrado Antonio Salas Carceller tras el lío que se formó por un tuit en el que comentaba que “a igualdad de fuerza física habría menos machismo”.

Los jueces también usan Twitter como plataforma para explicar la función que llevan a cabo y los problemas diarios de un juzgado, desmitificando el trabajo del poder judicial. Por otro lado, subrayan la oportunidad que les brinda la red para desarrollar una labor pedagógica, acercando con un lenguaje accesible determinadas cuestiones jurídicas. Hay hilos que tratan de explicar, por ejemplo, la diferencia entre robo y hurto.

El networking también contribuye a que los jueces y fiscales se relacionen y enriquezcan humana y profesionalmente, señala el magistrado y miembro de la Comisión Iberoamericana de Ética Judicial David Ordóñez en su artículo “¡¡¡Pero bueno, los Jueces también están en las redes sociales!!!”, publicado en el Diario La Ley. Sobre el uso, el contenido y el comportamiento en las redes sociales de quien ostenta el cargo de juez o fiscal no existe regulación ni recomendación o pautas a los que acudir. El Consejo General del Poder Judicial creó una Comisión de Ética Judicial que, hasta el momento, no ha emitido ningún dictamen expreso.

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Recomendaciones

A falta de una regulación legal, existen distintos textos, tanto europeos como americanos, que sirven de referencia. Particularmente, el dictamen que adoptó en 2015 la Comisión Iberoamericana de Ética Judicial con recomendaciones para el uso de redes sociales por los jueces. Más recientemente, la Red Mundial de Integridad Judicial ha debatido en la ONU sobre la conveniencia de desconfiar de seguir a grupos o campañas que puedan dañar la confianza del público en su imparcialidad. Además, se señala la necesidad de que, en caso de duda, busquen la orientación de expertos en redes y asesores éticos.

Líneas rojas

La desorientación que puede provocar la falta de regulación se debe prevenir con un comportamiento cuidadoso, respetando siempre una serie de líneas rojas. Las descalificaciones o insultos serían los comportamientos más graves, pero, como afirma Ordóñez, los hilos en Twitter para criticar la labor de otro juez son del todo inapropiados, pues afectan al respeto y, en última instancia, a la dignidad de la justicia. No se puede poner en riesgo el prestigio del cargo o empañar la reputación de un tribunal.

Los jueces y fiscales tuiteros no creen que se cuestione que den su opinión sobre asuntos jurídicos. Lo que no se permite es hacer valoraciones sobre procedimientos judiciales pendientes de sentencia firme. “Creo que es un límite que jueces y fiscales no debemos sobrepasar”, afirma @nandogerman. En la misma línea, @ladycrocs dice no compartir la decisión de criticar las resoluciones de otros jueces si no se hace desde el plano teórico. Para que su función de juez no se vea afectada por lo que escribe en Twitter, lucha por no traspasar una serie de líneas rojas, como no hablar de política, argumentar con respeto o no hablar de asuntos en los que pueda estar trabajando ni de aquello de lo que no tenga suficiente información. Como medida de seguridad, añade, opta por actuar anónimamente sin revelar datos que pudieran dar cuenta de quién es o dónde está destinada.

Amigos en la red

Mostrar apoyo o rechazo o recomendar a amigos en la red puede afectar a la posición institucional de cada juez o fiscal, comprometer su independencia e imparcialidad de tal manera que pueda provocar una recusación. La Ley Orgánica del Poder Judicial incluye como una de las causas la “amistad íntima o enemistad manifiesta con cualquiera de las partes”.

La Audiencia Provincial de Asturias, en una sentencia de 2014, rechazó recusar a un juez, sin que pudiera ser motivo para que se abstuviera, por el hecho de que hubiera pinchado “me gusta” en una publicación de la otra parte inmersa en el procedimiento.

Las soluciones éticas en América son diversas. Por ejemplo, en California mantener contactos en las redes sociales con abogados que en ese momento tengan pendientes asuntos se considera contrario a la ética. El Comité Consultivo de Arizona pone un límite al uso de Linkedin: un juez no puede recomendar a un abogado.

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