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Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Cuando todos los activos financieros están en pérdidas: ¿parón o cambio de ciclo?

Sigue habiendo demanda en cantidad para las emisiones de bonos públicos y privados, y las empresas rinden cuentas de resultados muy jugosas

CINCO DÍAS

Malos tiempos para la inversión financiera. La inmensa mayoría de los activos financieros registran en los diez primeros meses del año pérdidas, con las llamativas excepciones de las emisiones de bonos corporativos de alto riesgo, un nicho de mercado al que solo confían sus fichas inversores institucionales y de manera muy dosificada. En el caso español prácticamente toda la industria de los fondos de inversión, principal polo de atracción del dinero de los particulares, registra minusvalías (un 93% de los fondos), en coherencia con el comportamiento contractivo de la renta variable y los repuntes de los tipos de interés de la deuda, que moviliza hacia las pérdidas los precios de los títulos en el mercado secundario. Incluso los fondos monetarios y los garantizados, instrumentos de rentabilidad limitada pero muy recurrente, registran ahora tasas negativas.

Esta generalizada pérdida de valor de los fondos no es consecuencia de otra cosa que de un alineamiento indeseado de los astros que bien podrían estar anticipando un giro en el ciclo. Y tales astros no son otros que la guerra comercial abierta por EE UU, la subida de los tipos de interés de la deuda arrastrados por los bonos americanos, la salida de capitales y depreciación de las divisas de los emergentes, la desaceleración china, el enredado conflicto del Brexit o la rebeldía de Italia con Bruselas.

Todos ellos han puesto el alto en uno de los ciclos de crecimiento más largos en las economías que lideran el mundo, y han asaltado las dudas de los inversores, sobre todo de aquellos que toman decisiones sobre los movimientos masivos del dinero, y que arrastran a los minoritarios. No obstante, y aunque hay cierta cautela con las operaciones bursátiles en el mercado primario, sigue habiendo demanda en cantidad para las emisiones de bonos públicos y privados, y las empresas rinden cuentas de resultados muy jugosas. Más parece un parón en el ciclo que un cambio de sentido del mismo.

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