EE UU da en la diana atacando una pequeña empresa china
A Pekín le molestan más los conflictos concretos que las guerras generalizadas
El departamento de Comercio de EE UU ha elegido por fin la lucha acertada contra China: ha puesto un fabricante de chips local apoyado por el Gobierno bajo un embargo similar al que afectó a la teleco ZTE. Fujian Jinhua está acusado de robar propiedad intelectual de la estadounidense Micron por 39.000 millones de dólares. La represalia supone culpabilidad. Aun así, atacar a las empresas pequeñas es más inteligente que los aranceles globales.
Negar a Fujian Jinhua el acceso a componentes críticos fabricados en EE UU le afectará mucho. La compañía no ha respondido y aún puede ser declarada inocente, pero eso apenas le importa a Washington. Micron ya ha sido declarado culpable de infringir patentes en un tribunal chino y se le ha prohibido la venta de 26 chips en el país.
Puede que Fujian forme parte del plan Made in China 2025, que pretende desarrollar ganadores tecnológicos nacionales y reducir la dependencia de las importaciones, pero no es significativa a nivel económico. Sin embargo, es una de las muchas pequeñas empresas chinas, muchas de las cuales cuentan con el apoyo de Gobiernos locales, acusadas de haber cruzado la línea del espionaje industrial.
El momento elegido también es importante. El fabricante chino de turbinas Sinovel Wind, por ejemplo, fue declarado culpable por un tribunal de Wisconsin en enero por robar secretos comerciales al fabricante de software de EE UU AMSC. Pero la sentencia llegó mucho después de que empezaran los robos en 2011, mientras AMSC se hundía en Bolsa. Las empresas chinas que crean que pueden aprovecharse de la lentitud de la justicia quizás deban replanteárselo.
Pero lo más importante es que la táctica apunta al punto sensible de Pekín, al que tienden a molestar más las acciones concretas que las guerras generalizadas. El embargo sobre ZTE provocó aullidos de protesta, quizás por las íntimas conexiones entre las empresas y los altos cargos políticos el país. Sea como fuere, la Casa Blanca dio en la diana, y ahora lo ha hecho de nuevo.
Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías