Iberdrola, ante el cambio regulatorio: ¿cómo le afecta el pacto de PSOE y Podemos?
La diversificación internacional compensa el impacto que generan los cambios normativos La apuesta por las renovables y un ambicioso plan de inversiones convierten a la eléctrica en una de las ‘utilities’ mejor posicionadas
Una de cal y otra de arena. Ese es el balance del comportamiento en Bolsa de Iberdrola las últimas dos semanas. El acuerdo entre el Gobierno y Unidos Podemos para recortar la sobrerretribución que perciben las eléctricas por el uso de la nuclear y la hidroeléctrica fue un jarro de agua para la cotizada que en solo dos días se dejó un 5,66%. Las intenciones del Ejecutivo de reformar el mercado eléctrico han vuelto a traer a primera línea de fuego la incertidumbre regulatoria. Los nervios despertados por el anuncio de la noticia se vieron compensados dos días después con la venta de Scottish Power al grupo Drax por 800 millones. Los inversores decidieron dejar de lado las suposiciones y se centraron en los hechos y evolución del negocio de la compañía. El resultado ha sido un ascenso de la eléctrica del 4,6% en las últimas cinco sesiones. Esta recuperación no libra a la compañía de las pérdidas en el año (-2,82%).
Los expertos reconocen que la incertidumbre regulatoria es la principal amenaza para Iberdrola, pero creen que es demasiado pronto para conocer su verdadero impacto. “Hay que recordar que la medida solo está en los borradores de unos Presupuestos que aún tienen que pasar todos los trámites parlamentarios y que pueden sufrir muchos cambios. Es muy pronto para valorar detenidamente sus efectos”, señala Sergio Puente, analista de XTB.
Que Iberdrola se puede ver afectada por los cambios normativos es un hecho y más si se tiene en cuenta que la eléctrica es una de las firmas más activas en energía nuclear e hidráulica, dos de las tecnologías sobre las que el Gobierno ha puesto el foco. No obstante, los analistas creen que la cotizada presenta más fortalezas que debilidades. Felipe López, de Self Bank, sostiene que impacto del negocio en España se verá compensado por la diversificación internacional. A cierre de junio, el 40% del ebitda del grupo se genera en España, el 22% procede de EE UU; el 17%, de Reino Unido; el 10% de Brasil, y el 8%, de México.
La internacionalización es precisamente uno de los puntos fuertes de la compañía. “Esto le permite mitigar los riesgos de divisa, climatología y sobre todo regulación”, recoge GV Gaesco Beka en un informe. Junto a la diversificación, los expertos señalan la apuesta de Iberdrola por las energías renovables, una estrategia que también permitiría a la compañía sacar partido si las intenciones del Ejecutivo socialista de impulsar las energías limpias se convierten en realidad. En un primer momento, la llegada de Sánchez a La Moncloa sirvió de impulso a la cotizada que el 7 de junio rozó los siete euros por acción.
Uno de los mercados de Iberdrola que más interés despierta entre los inversores y firmas de análisis es el estadounidense. “Tras las dudas que sembró la llegada de Donald Trump en las energías renovables, ahora se sabe que el país apostará por la energía eólica, de la cual Iberdrola tiene una amplia experiencia”, apunta López.
A la diversificación internacional y apuesta por las energías renovables los expertos añaden el plan de inversiones. Para el periodo 2018-2022 la empresa tiene previsto efectuar inversiones por importe de 32.000 millones, un 14,3% más que las contenidas en la estrategia de 2016-2020. “El 90% de estas inversiones están dedicadas a negocios regulados con contratos a largo plazo. Dicho plan presenta un grado de avance muy elevado ya que el 86% del mismo está en construcción o comprometido. Además, se han invertido 1.000 millones en proyectos que entrarán en funcionamiento en 2022”, explica Víctor Peiro, analista de GVC Gaesco Beka.
Se espera que estas inversiones permitan a la compañía alcanzar un beneficio de 3.500-3.700 millones dentro de cuatro años y un beneficio por acción de 0,4 euros. “La tasa de crecimiento de beneficios esperada es del 5% anual entre 2017-2022”, apuntan los expertos de Bankinter, que incluyen a Iberdrola en su cartera modelo de España. Desde la entidad resaltan la sólida posición financiera, con una ratio de deuda de cuatro veces ebitda. Todo ello lleva a la compañía a convertirse en una de las utilities mejor posicionadas para afrontar los retos del sector, que pasan por la electrificación y descarbonización.
“Iberdrola es uno de los valores menos volátiles del Ibex”, remarca Felipe López. En un año en el que la inversión en Bolsa se ha convertido en una actividad de alto riesgo, la compañía mantiene un comportamiento mejor que el Ibex 35 (-11,47%). “Su sector suele ser defensivo por lo que es un valor atractivo para los inversores que busquen tranquilidad ante la posible volatilidad de los mercados”, añade Sergio Puente.
Las claves para el accionista
Junto a la solidez financiera, los expertos señalan a la política de retribución al accionista como uno de los caramelos de la compañía. “Los negocios en los que está presente le otorgan una gran capacidad de generación de caja, permitiendo mantener una sólida estructura financiera y una atractiva remuneración al accionista”, afirma Ángel Pérez, analista de Renta 4. El plan anunciado por la compañía contempla un dividendo de 0,4 euros en 2022. Esto supone un incremento el 4,5% respecto al repartido con cargo a los resultados de 2017 (0,35 euros). La rentabilidad por dividendo de la compañía alcanza el 5,5%.
A 12 meses vista el potencial de revalorización según el consenso de Bloomberg alcanza el 15,4%, hasta los 7,24 euros por acción. El 69,7% de las firmas de análisis que siguen a la compañía aconseja comprar, frente al 30,3% que se decanta por mantener.
A los precios actuales, la compañía cotiza a unos niveles atractivos con un PER ajustado de 12 veces.