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La apuesta de gasto italiana es de riesgo

El juicio de los mercados puede ser más rápido que el largo procedimiento de déficit excesivo de la UE

Giuseppe Conte, primer ministro italiano.
Giuseppe Conte, primer ministro italiano.REUTERS

El Gobierno italiano está intentando una apuesta arriesgada. Su promesa de aumentar el gasto ha provocado un choque con Bruselas. La larga duración de los procedimientos implica que la pelea podría prolongarse hasta las elecciones al Europarlamento de mayo. Con los partidos radicales ganando terreno, la próxima Comisión puede ser más indulgente o más débil; pero la intensa presión del mercado podría arruinar el plan.

El Movimiento 5 Estrellas y la Liga quieren aumentar el déficit presupuestario al 2,4% del PIB en 2019 para cumplir con sus costosas promesas electorales. Esto está por debajo del tope autoimpuesto por la UE del 3%, pero por encima del objetivo de déficit del 1,8% para este año. Y viola las normas de la UE que exigen que los países reduzcan su déficit para reducir la deuda, especialmente cuando, como Italia, su endeudamiento alcanza el 131% del PIB.

El presidente de la Comisión, Jean-Claude Juncker, podría abrir un procedimiento de déficit excesivo, que puede dar lugar a multas. Tales amenazas podrían caer en oídos sordos en Italia. Los planes de gasto de Roma son populares entre los votantes, mientras que solo el 44% de los italianos, en el Eurobarómetro de octubre, apoyaba a la Unión, la proporción más baja de todos los miembros.

Roma sabe que una censura formal de la UE llevaría tiempo. Italia tiene hasta diciembre para aprobar su presupuesto. Y la Comisión no sería prudente si actuara antes de abril, cuando podría tener datos que demuestren que la deuda de Italia no bajará. Faltará entonces solo un mes para  las elecciones al Parlamento Europeo, que a su vez aprobará la nueva Comisión. El aumento del apoyo al euroescepticismo significa que los principales partidos conservadores y socialistas no podrán controlar la asamblea. El nuevo ejecutivo reflejaría un paisaje más fragmentado y radical, y podría resultar menos rígido que el actual, o más débil.

El juicio de los mercados puede ser más rápido. Las tipos del bono italiano a 10 años han subido a un máximo de cuatro años, el 4,2%. Las turbulencias podrían afectar a la economía y provocar la insolvencia de los bancos. También podrían hacer colapsar el Gobierno. Su apuesta presupuestaria ya le está saliendo por la culata.

Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías

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