Los CEO asesores de Riad pueden durar menos que los de Trump
Empieza a haber bajas en el grupo de 18 expertos extranjeros creado para la nueva superciudad NEOM
El nuevo consejo asesor de Arabia SaudÍ podría deshacerse más rápido que el de Donald Trump, que duró seis meses. El grupo de 18 expertos extranjeros creado por el príncipe heredero Mohammed bin Salman, convocado para asesorar sobre la nueva superciudad NEOM, puede durar aún menos.
Asesorar a presidentes y príncipes –o a ambos en el caso del exjefe Uber Travis Kalanick– tiene dos ventajas. Halaga el ego del pez gordo, pero también tiene un barniz altruista. Los empresarios pueden argumentar que están influyendo en la Casa Blanca o en la modernización saudí. Si el proyecto NEOM, de 26.500 kilómetros cuadrados de energía renovable y tecnología se llevara a cabo, sería un símbolo de lo lejos que ha llegado el reino.
Pero todo puede cambiar rápidamente. En el caso de Trump, el punto de inflexión fue una mala respuesta a la violencia racial. El CEO de Merck, Kenneth Frazier, y el jefe de Intel, Brian Krzanich, renunciaron al consejo, y Trump acabó cerrándolo. La situación saudí es menos clara. EE UU y Europa han pedido a Riad que investigue la desaparición del periodista Jamal Khashoggi, que según Turquía fue asesinado en el consulado saudí de Estambul. El ex secretario de Energía de EE UU, Ernest Moniz, ha suspendido su participación en el panel hasta que se sepa más sobre Khashoggi. Dan Doctoroff, jefe de planificación urbana de Alphabet, no es miembro, según el FT, a pesar de haber sido nombrado como tal por Riad.
Quedan otras 16 luminarias, entre ellas Kalanick, el arquitecto Norman Foster y Rob Speyer, del grupo inmobiliario Tishman Speyer. Si parece que su presencia no tendrá muchas posibilidades de fomentar un cambio significativo, se arriesgan a ganar poco más que riesgo para su reputación. El compromiso de Bin Salman con la transparencia ya era incierto, después de haber detenido a cientos de miembros de la realeza y hombres de negocios el año pasado. Si ni siquiera el patriotismo pudo mantener unida al grupo de Trump, en el caso saudí debería ser aún más fácil de abandonar.
Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías