Euskadi aspira a situar el desempleo por debajo del 10% en 2019
La economía vasca suma un lustro de crecimiento continuo. La tendencia seguirá este ejercicio y el PIB subirá un 2,8%.
Con una industria al alza y que casi supone el 25% del PIB, apoyada por un sector turístico que emergió con el Museo Guggenheim y se consolidó con la desaparición de ETA, Euskadi aspira a recuperar en 2019 un nivel de paro por debajo del 10%, el porcentaje con el que convivía antes del estallido de la pasada crisis económica, a partir de septiembre de 2008.
Durante este año, el País Vasco, con más de dos millones de habitantes, ya ha contabilizado unos 800.000 trabajadores en activo, un colectivo similar al de hace una década.
- Uno de los agentes que apuesta por la recuperación económica es la patronal vasca Confebask. Para 2018, la organización de empresarios se muestra optimista, pese a que en el horizonte internacional han aparecido algunos signos de desaceleración económica. Prevé que el desempleo baje ya al 8%, desde el 11,3% de 2017 (en 2016 la tasa fue del 12,6%).
- Una de las sombras de este escenario es la falta de profesionales cualificados, un déficit en el que Confebask ha puesto varias veces el acento. La patronal calcula que las compañías demandarán 100.000 nuevos profesionales entre este año y 2020. De ellos, 30.000 pudieran incorporarse a las plantillas de las empresas durante este mismo año. Una coyuntura que tiene que ver tanto con el buen momento económico como con la llegada a la jubilación de una generación de profesionales. Este relevo se agudizará en los dos próximos ejercicios, según los analistas.
- Otra asignatura pendiente es la de la recuperación del tejido empresarial, arrasado por el fuego de la crisis. Euskadi suma un lustro de bonanza económica tras la anterior etapa de declive. Si antes de la crisis el censo incluía 64.000 compañías vascas, ahora el saldo es de 59.000 sociedades. En el camino se han quedado casi 6.000 entidades y su correspondiente generación de riqueza y empleo.
- El Gobierno de Vitoria ha mejorado sus previsiones para el ejercicio en curso. Estima un crecimiento del PIB del 2,8% (dos décimas por encima del anterior cálculo) y del 2,3% para 2019, con la citada tasa de paro por debajo del 10% para el año que viene, no antes. Los cálculos del Ejecutivo anotan para 2018 una subida del 3,3% para la industria, con un alza estimada para 2019 del 2,3%. En línea con sus números, el sector servicios crecería un 2,9% este año y un 2,4% el próximo. En este último ámbito, Euskadi contabilizaba a julio pasado un total de 41.134 autónomos con comercios propios, un 1,8% menos (en concreto, 754 profesionales que ya no cotizan por su anterior actividad).
- El área de análisis del BBVA es más optimista y opta por unos incrementos del PIB del 3,1% para este año y del 2,8% para el siguiente. Desde BBVA Research también se decantan por un paro por debajo del 10%, que pudiera situarse en 2019 en el 8,8% (2,7 puntos por encima del nivel precrisis). El servicio de estudios del banco advierte de que la recuperación del empleo no se registra por igual en todos los territorios. Las zonas de Donostialdea y Bajo Deba en Gipuzkoa, junto con la Llanada Alavesa, registran más contrataciones laborales que el Gran Bilbao. Euskadi sigue, por tanto, en racha positiva, después de que su economía creciera un 2,9% en 2017
- De los 119.000 puestos de trabajo que el País Vasco perdió durante el periodo 2008-2013, al cierre de 2017 había logrado recuperar 56.000. Faltan otros 63.000 para estabilizar la balanza, que se quedarían en 32.000 en 2020, de acuerdo con las anteriores estimaciones de generación de profesionales. Con los sectores industrial y de servicios como elementos tractores, la construcción sigue en proceso de recuperación. Por cierto, el déficit de trabajadores no solo lo acusan las empresas fabriles. Este verano han faltado empleados en hostelería, en puestos como camareros que antes eran ocupados por jóvenes, que en 2018 han preferido no quedarse sin las vacaciones del estío.
- El índice vasco de confianza empresarial está en un buen momento, pese a las incertidumbres que no dejan descansar a la economía, como las crisis políticas o la subida de los precios de la energía y del petróleo.