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Los peligros acechan las cadenas de suministro (no solo de las tecnológicas)

Amazon, Apple y otras 28 empresas han instalado chips no seguros fabricados en China, según Bloomberg

Fábrica de chips en Chizhou (China).
Fábrica de chips en Chizhou (China).REUTERS

Las infecciones en las cadenas de suministro son un nuevo desafío para las mayores empresas de Silicon Valley. Apple y Amazon desmintieron ayer la noticia de Bloomberg de que 30 empresas habían instalado servidores que albergaban chips no seguros, instalados por una unidad militar china. Indica un problema más amplio para la fabricación mundial: garantizar la pureza de los bienes fabricados lejos de los usuarios finales, especialmente a través de las fronteras.

Los hackeos de software están todos los días en las noticias, pero la infección a través del hardware es más difícil de lograr, y ofrece mayores retornos potenciales para el culpable. Es posible que los usuarios no detecten que nada esté mal, y solucionar el problema puede significar cambiar completamente el hardware.

En este caso, el artículo afirma que las empresas estadounidenses habían adquirido servidores que contenían placas base Super Micro Computer (empresa de San José, California), fabricadas por un subcontratista chino que instaló chips corrompidos de un tamaño no superior a un grano de arroz.

Las compañías niegan la información. Pero es cierto que los Gobiernos intentan sistemáticamente piratear importantes empresas extranjeras, y que las cadenas de suministro están en peligro por las barreras tanto financieras como físicas debido a la tensión política.

Se pueden poner aranceles, los mercados pueden restringirse, y la tecnología y las técnicas patentadas pueden ser robadas. La compañía estadounidense Micron sostiene que una empresa china robó parte de su tecnología de chips de memoria. Esto no es nada nuevo: los británicos robaron técnicas de cultivo chinas para establecer plantaciones de té en la India.

El mayor riesgo es que la complejidad dificulte el control de los productos. La mayoría de los teléfonos inteligentes, computadoras y otros aparatos tecnológicos del mundo se ensamblan en China, utilizando piezas producidas por una cascada de proveedores.

Amazon, por ejemplo, puede tener dificultades para verificar que un chip proporcionado por un subcontratista sea de fiar. Y no se trata solo de tecnología: véase la leche contaminada con melamina que se vendió en toda China en 2008.

Una solución es reducir la cadena de suministro. La contratación de menos empresas, que sean de confianza –o mejor aún, hacerlo internamente– es un seguro contra la adulteración. La trampa es que probablemente implica menos ganancias. Esa puede ser la inevitable solución intermedia.

Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías

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